El catedrático de Filología Vasca de la Universidad Pública de Navarra Patxi Salaberri Zaratiegi recibió ayer miércoles 25 de mayo una de las cinco cruces de Carlos III el Noble, entregadas por la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, en un acto que tuvo lugar en Salón del Trono del Palacio de Navarra. Junto con él fueron galardonadas Ana Monreal Vidal, empresaria y emprendedora; la Delegación Navarra de la Asociación Española contra el cáncer; el filósofo y docente Gregorio Luri Medrano; y la codirectora científica del CIMA, María José Calasanz Abinzano.
La presidenta del Gobierno, María Chivite, y el catedrático Patxi Salaberri, tras recibir la Cruz de Carlos III el Noble (Foto Gobierno de Navarra)
La Cruz de Carlos III el Noble es uno de los principales galardones de la Comunidad Foral. Con él se reconoce públicamente a personas y entidades que han contribuido de forma destacada al progreso de la sociedad navarra o a la proyección exterior de la Comunidad Foral.
La presidenta del Gobierno, María Chivite, resaltó la peculiaridad de un año marcado por la pandemia, en el que la población mundial ha sufrido los estragos de la enfermedad y ha visto el trabajo veloz de científicos y sanitarios para plantar cara al virus y del conjunto de la sociedad para adaptarse a la nueva situación. “El COVID-19 nos está sirviendo también para poner en primer plano el talento, el emprendimiento, la audacia, la necesidad de caminar hacia un modelo innovador en lo social y lo económico, y para destacar la solidaridad y la necesidad de trabajar como sociedad unidos: lo público y lo privado, las administraciones y la sociedad civil, la política y la ciudadanía”.
En este contexto, el galardón de la Cruz de Carlos III el Noble es “especialmente valioso”, destacó Chivite, “para visibilizar, impulsar, reconocer y agradecer a personas y entidades que con compromiso y generosidad contribuís a que tengamos una Navarra mejor”, añadió dirigiéndose a las personas y entidades premiadas. Pero, sobre todo, insistió, el premio supone un refrendo “al reconocimiento que la propia sociedad os hace”.
Salud, educación, cultura y emprendimiento
Las cuatro personas y la entidad reconocidas con las cruces de Carlos III el Noble en la edición de 2020 suponen un referente en sus respectivos ámbitos de actuación, que incluyen la salud y la ciencia, la educación y la cultura, el emprendimiento y la tradición. Un exponente de la riqueza, la implicación y el talento de Navarra, tal y como resaltó la presidenta.
El filólogo Patxi Salaberri Zaratiegui, natural de Ujué / Uxue, ha recibido el galardón en reconocimiento a su actividad investigadora en el ámbito de la lingüística, especialmente volcado en la lengua vasca. Salaberri dedicó el premio "a todas las familias que en Navarra han conservado el euskera de generación en generación y se lo han transmitido a sus descendientes, e igualmente a aquellos padres 'neo vascohablantes' que, haciendo un esfuerzo ímprobo, se lo han enseñado a sus hijos e hijas. También a quienes han aprendido el euskera fuera de casa o lo están aprendiendo. Como reza el lema de Euskaltzaindia, ekin eta jarrai! ¡echa a andar y continúa!", señaló.
Otro de los galardones fue para Ana Monreal Vidal, impulsora con otros socios de la empresa iAR, pionera en software industrial de realidad aumentada. Se da la circunstancia de que Ana Monreal es ingeniera industrial por la UPNA y una de las protagonistas de la última campaña promocional que, bajo el lema “Aquí empieza tu futuro”, ha realizado la universidad. Monreal resaltó la importancia del “apoyo incondicional” de las familias para avanzar en un proyecto. “La carrera no ha hecho más que empezar y queda aún mucho por recorrer” y este galardón “ha conseguido aportar una motivación, un empuje de lo que queda por venir”.
Francisco Arasanz, presidente de Asociación Española Contra el Cáncer en Navarra, recibió el galardón en nombre de esta entidad. “Podéis estar seguros —manifestó— de que la contribución y los valores que reconoce este galardón van a reforzar el compromiso, la motivación y el entusiasmo de todos nosotros para seguir estando cada día más cerca de todos los navarros que sufren las consecuencias del cáncer”.
Tras él, por su trayectoria profesional y su defensa de la escuela pública, recogió la Cruz de Carlos III el Noble el azagrés Gregorio Luri Medrano. Pedagogo y doctor en Filosofía, afirmó que “es un privilegio, pero también un deber el estar el resto de mi vida a la altura de lo que el Gobierno de Navarra ha visto en mi”. Asimismo, recordó a su familia y, especialmente, a su madre, quien le decía que estudiara para poder presentarse en cualquier sitio. “Es la mejor definición de la educación que he conocido nunca”, añadió.
Por último, recibió la Cruz de Carlos III el Noble Mª José Calasanz Abinzano, doctora en Biología, directora científica del CIMA y responsable de la creación y gestión del servicio de diagnóstico genético oncohematológico. En sus palabras de agradecimiento, Calasanz defendió la importancia de la ciencia, la educación y el trabajo en equipo, como ejes imprescindibles para transformar un país. “Las nuevas generaciones –dijo- deben tener bien claro que sin ciencia ni educación no hay futuro, y que con un espíritu de colaboración el progreso será mucho mejor”.
Acto reducido
Dadas las limitaciones de aforo marcadas por la pandemia, apenas una treintena de personas pudo participar en la entrega de premios. Al acto de entrega de los premios acudieron el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde; el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti; los dos vicepresidentes del Gobierno foral, Javier Remírez y José Mª Aierdi; la teniente de alcalde de Pamplona, Ana Elizalde; y los rectores de la Universidad Pública de Navarra, Ramón Gonzalo García, y de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero. Asimismo, las personas premiadas han contado con el apoyo de varios familiares.
La violonchelista Cecilia Ferraz, del Conservatorio Superior de Música de Navarra, fue la encargada de interpretar las distintas composiciones musicales con las que se ha amenizado el acto. En concreto, la entrega de premios comenzó con el Himno de Navarra. Tras las palabras de los galardonados y galardonadas, Ferraz interpretó el Vals número 2 de la Suite de Jazz, de Dmitri Shostakóvich. El broche final lo puso el Segundo movimiento del Invierno, de Antonio Vivaldi.
Distinción creada en 1997
La Cruz de Carlos III el Noble fue creada en 1997 por el Gobierno foral para otorgar reconocimiento público a personas y entidades que han contribuido de forma destacada al progreso de la sociedad navarra o a la proyección exterior de la Comunidad.
El galardón toma el nombre de Carlos III el Noble, monarca que destacó entre el conjunto de los reyes de Navarra por su talante pacífico y conciliador, por sus iniciativas a favor de la Cultura y el Arte, y por el establecimiento de relaciones de paz y amistad con las demás cortes europeas.
La condecoración consiste en una cruz esmaltada en la que se reproduce la efigie sedente de Carlos III que figura en el real sello céreo que se conserva en el Archivo Real y General de Navarra, circundada por la leyenda “Karolus regis navarre”. En el reverso está el escudo de Navarra sobre la expresión “Comunidad Foral de Navarra” y la leyenda “Cruz de Carlos III el Noble de Navarra”.