Joan eduki nagusira

Alrededor de 400 personas han asistido hoy, viernes 4 de octubre, en Logroño a la inauguración del curso 2019-2020 de Campus Iberus, el Campus de Excelencia Internacional del Valle del Ebro integrado por las universidades de La Rioja, Lleida, Pública de Navarra (UPNA) y Zaragoza. El acto ha contado con la presencia de María Blasco Marhuenda, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que ha dictado la lección inaugural titulada “Envejecimiento: origen de las enfermedades”.

En su discurso, el presidente de este consorcio y rector de la Universidad de La Rioja, Julio Rubio García, ha presentado a Campus Iberus como un modelo de alianza universitaria que puede trasladarse a otros ámbitos de desarrollo en el valle medio del Ebro.

Rubio ha presidido el acto junto con la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu Rodríguez, y con los rectores de las otras tres universidades — Jaume Puy i Llorens (Lleida), vicepresidente de Campus Iberus; Ramón Gonzalo García (Pública de Navarra), y José Antonio Mayoral Murillo (Zaragoza)—. Han estado acompañados de las principales autoridades de la Comunidad Autónoma de La Rioja, así como los consejeros con competencias en materia de universidades de los gobiernos autonómicos de Aragón (M.ª Eugenia Díaz Calvo, consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento) y de Navarra (Juan Cruz Cigudosa García, consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital).

‘Un ambicioso proceso de colaboración político-científica"

zoom Imagen de la mesa presidencial en el acto de apertura.

Imagen de la mesa presidencial en el acto de apertura.

En un contexto en el que los cuatro territorios de Campus Iberus cuentan con consejerías, independientes de la de Educación, que se ocupan de forma conjunta de universidad, investigación e innovación, Julio Rubio ha planteado: “Los cuatro rectores estamos conjurados para coordinarnos decididamente con las cuatro consejerías con competencias en Universidad de los cuatro territorios Iberus”.

“Los rectores queremos que el día de hoy –ha proseguido- sea el del lanzamiento de un ambicioso proceso de colaboración político-científica. Estamos convencidos de que el modelo de alianza Iberus puede trasladarse desde lo universitario a ámbitos del desarrollo socioeconómico en el valle medio del Ebro”.

El rector de la Universidad de La Rioja ha destacado que Campus Iberus es una herramienta para el avance social y para la cohesión territorial. “Úsenla, por favor –ha finalizado-; se encuentran ante cuatro universidades públicas decididas a ser útiles a las sociedades que las financian”.

Campus Iberus en 2019

zoom Público asistente al acto de apertura.

Público asistente al acto de apertura.

Campus Iberus es la alianza estratégica de las universidades públicas del valle medio del Ebro (La Rioja, Lleida, Pública de Navarra y Zaragoza) y cuenta con unos 58.000 estudiantes universitarios en 150 títulos de grado y 3.200 estudiantes de doctorado en 82 programas de doctorado. La oferta académica se completa con 154 másteres oficiales y 181 títulos propios. La plantilla conjunta es de 6.300 miembros del personal docente e investigador (PDI) y 3.000 del personal de administración y servicios (PAS).

En el acto inaugural del curso, el vicepresidente ejecutivo de Campus Iberus, Julio Lafuente López, ha presentado la memoria del pasado ejercicio en la que ha destacado los logros obtenidos por la alianza en los ámbitos de la investigación, de los estudios, del fomento de la empleabilidad y de la proyección internacional.

En el ámbito de la investigación, el proyecto Iberus Talent ha demostrado la capacidad de captación del Consorcio en proyectos cofinanciados por la Comisión Europea que aportará 2,8 millones de euros para atraer talento internacional a las cuatro universidades. Concretamente, ha permitido que, en la actualidad, ya esté concluyendo el proceso de contratación de diecisiéis investigadores pre-doctorales de ámbito internacional en dos de las áreas de especialización de Iberus (Agro-alimentación y Nutrición, y Tecnologías para la Salud). Por otro lado, están en proceso de selección nuevas líneas de investigación que permitirán la contratación de otros veinte jóvenes investigadores.

En el ámbito de los estudios, es destacable la labor de la Escuela de Doctorado de Campus Iberus, que coordina y da servicios generales a las cuatro universidades. El curso 2018-2019 es el tercero desde la implantación del Programa de Doctorado conjunto en Patrimonio, Sociedades y Espacios de Frontera, con la participación de las universidades francesas de Toulouse y de Pau et les Pays de l’Adour. En febrero de 2019, se firmó el convenio de colaboración para el desarrollo del Programa de doctorado Conjunto de CEI Iberus en Sistemas Eficientes de Producción y Calidad Agroalimentaria.

Respecto a la empleabilidad de los estudiantes, son destacables los programa de Labs de Innovación y el Circular University Challenge, con Ecoembes, el programa de becas Santander Intraemprende y los premios Iberus-CLH Emprende.

Finalmente, en el ámbito de la proyección internacional, se ha subrayado la labor desarrollada por la delegación de Campus Iberus en Bruselas: en el curso 2018-19 el Consorcio ha trabajado en seis proyectos con financiación europea colaborando con socios de instituciones francesas, polacas, italianas, griegas, finlandesas, eslovacas, finlandesas o rumanas.

Por otro lado, a través del programa Erasmus+, se han logrado 161 ayudas concedidas en el curso 2018-2019 por un valor económico superior a los 200.000 euros. Asimismo, continúa el desarrollo del proyecto de movilidad KA107 con la South China Agricultural University de China.

Por último, en Colombia, se han materializado acciones con diversas entidades colombianas: universidades Nacional de Caldas, del Quindío, del Rosario, la de los Andes o Ibagué, entre otras. Además, se han desarrollado dos proyectos junto a la empresa AKIS Research de Lleida contando con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID).

María Blasco: El envejecimiento como origen de las enfermedades

zoom Foto de familia tras el acto de inauguración.

Foto de familia tras el acto de inauguración.

En la lección inaugural del curso, la directora del CNIO, María Blasco, ha detallado el contenido de la investigación de su grupo, centrada en la comprensión de las causas moleculares de las enfermedades, en particular, las causas moleculares del cáncer.

Ha destacado que ha habido un cambio en paradigma en los últimos años. Antes, se consideraba que la investigación independiente de las distintas enfermedades podría conducir al desarrollo de tratamientos específicos y eficaces para cada una de ellas. Sin embargo, a pesar de cada día tenemos nuevos tratamientos, por ejemplo, para tratar el cáncer, la carga de la enfermedad está aumentando debido fundamentalmente a un mayor envejecimiento de la población.

Entonces, ha planteado la pregunta: ¿cuál es la causa de las enfermedades?

Hoy sabemos que el envejecimiento de nuestras células es fuente de enfermedad. Cuando nuestras células son jóvenes, hay ausencia de enfermedad, mientras que, a medida que se dividen, se producen una serie de procesos moleculares que causan el envejecimiento. La velocidad a la que cada individuo envejece es la combinación de determinantes genéticos y hábitos de vida. El envejecimiento molecular y celular provoca todo tipo de enfermedades, de forma que si queremos disminuir o retrasar su aparición tenemos que atacar este proceso.

Según su discurso, en los últimos veinte años, los científicos han descubierto muchos de los procesos moleculares que conducen al envejecimiento. “Me siento orgullosa –ha reconocido- al decir que un grupo de tres científicos españoles —dos de los cuales trabajamos en el CNIO— han descrito las ‘Claves del envejecimiento’ en una revisión publicada recientemente en la prestigiosa revista científica ‘Cell”. “Una de las vías moleculares mejor estudiadas del envejecimiento –ha proseguido- está relacionado con el acortamiento de los telómeros, que son las estructuras de protección situadas al final de nuestros cromosomas que se pierden a lo largo de la vida. La velocidad a la que nuestros telómeros se erosionan depende de factores genéticos y ambientales. Mi grupo de investigación ha sido pionero en demostrar que un retraso en este proceso molecular puede retrasar también el envejecimiento y la aparición de enfermedad”.