El fotoperiodista Gervasio Sánchez y el filósofo Daniel Innerarity abrieron ayer el ciclo Conversaciones-Solasaldiak con sus reflexiones sobre ética, política y medios de comunicación. Ante más de 230 asistentes —la sala se quedó pequeña—, se mostraron críticos con los medios de comunicación supeditados al poder político y económico y defendieron una mayor implicación de la ciudadanía en la sociedad y en la política. La sesión fue presentada por Soledad Barber, profesora del departamento de Derecho Público de la UPNA, que dio paso a los ponentes y dirigió el turno posterior de intervenciones por parte del público asistente.
El filósofo Daniel Innerarity señaló que “la democracia es un sistema que por su propia naturaleza decepciona siempre” y que esa decepción está relacionada con el juego de la política: “Establecemos mecanismos de control sobre los gobernantes y el poder, pero esos mecanismos acaban produciendo una visión negativa de la política”. En ese sentido, indicó que “la democracia posibilita la alternancia y la crítica, y eso produce un discurso a veces negativo, de críticas, acusaciones, quejas, etc. Gobernar es una tarea que se hace en entornos de baja confianza y alta crítica, y todo ello contribuye a que los ciudadanos creamos que los gobernantes fallan siempre y que los políticos no son gente de fiar, cuando no siempre es así”.
En cuanto a los medios de comunicación, consideró que “deberían hacer interesante la política sin trivializarla”, pero se caracterizan por amplificar lo negativo, enfatizar los conflictos y describir escenarios binarios (héroes-villanos, dominados y dominadores, éxitos y fracasos), “sin hablar de muchas zonas grises, sobre las que no hay debate”. En ese sentido, se preguntó si como ciudadanos ”estamos haciéndonos las preguntas pertinentes o estamos distraídos por otras cosas”.
Describió el escenario actual como un triángulo cuyos vértices están formados por “unos políticos sobrepasados por las circunstancias, unos medios de comunicación centrados en dar carnaza y entretenimiento y unos ciudadanos convertidos en meros espectadores pasivos”.
Recuperar el buen periodísmo
Gervasio Sánchez coincidió con Innerarity en que existe una mayoría de políticos que hacen bien su trabajo, pero “hay unos pocos que nos dan lecciones de sonrojo permanente”. En su opinión, “hay una inmensa mayoría de periodistas decentes, pero hay una maquinaria que destruye el periodismo” y nos encontramos con que “en España, los medios en general están dirigidos por personas que buscan relaciones impúdicas con el poder político y económico, defendiendo intereses innobles que nada tienen que ver con el periodismo con mayúscula”.
Recordó una de las máximas del periodista Ryszard Kapuscinski, para quien "el periodismo debe ser siempre indeseable, inoportuno y certero en su impertinencia" y se preguntó qué ha ocurrido para que el periodismo, “que a principios de la democracia era la profesión mejor valorada, sea ahora justo una de las peores”, por causa, entre otras, “de una pandilla de arribistas y descarados que han hecho mucho daño”.
Se mostró dolido como periodista al ver “tantos casos de indecencia periodística y medios irrelevantes en la crítica política” y defendió que “el día en que consigamos volver al periodismo que reivindica Kapuscinski, recuperaremos el prestigio de la profesión”, una profesión que el fotoperiodista consideró “fundamental para que la sociedad funcione de modo potente y tan básica e importante como lo son la educación y la sanidad”.
En el transcurso de la conversación, se apuntó también al cambio que las nuevas tecnologías y las redes sociales han supuesto en el suministro de información. Para Daniel Innerarity “en cierto modo, se ha horizontalizado la posibilidad de que los ciudadanos se expresen y las posibilidades de intervención”, pero “los periodistas siguen siendo fundamentales, ahora más que nunca, porque estamos en la era de la sobreinformación”. Sánchez coincidió en que “en este maremágnum de información es necesario que los periodistas hagan análisis y sepan diferenciar el ruido y la esencia”, pero insistió en que “todavía el papel sigue estando en manos muy poderosas” y “el problema clave es la independencia económica”.
Por último, los ponentes se refirieron al papel que pueden jugar los ciudadanos en la situación actual. Según Innerarity, una de las consecuencias de la crisis es que “se ha dado una repolitización de la sociedad y esto, en general, es bueno. El político se siente observado y sabe que hay sistemas de control y que se ha elevado el listón de lo intolerable”. En opinión de Gervasio Sánchez, “la pasividad ciudadana ha sido generalizada en este país”; reivindicó una actitud más crítica por parte de los ciudadanos y se preguntó por qué nos dejamos manipular tan fácilmente, cuestión ante la que Innerarity, a modo de consejo, recomendó “una dieta informativa rica y variada”, “escuchar al adversario y protegerse de los que piensan como uno mismo”.