De izquierda a derecha, Iván Arregui, Antonio López Martín (subdirector de la ETSIIT), Ignacio Matías (director de la ETSIIT), Miguel Martínez de Espronceda, Santiago Tainta e Iñigo Cenoz
Cinco ingenieros de telecomunicación de la Universidad Pública de Navarra han resultado galardonados en la XXXIV edición de los Premios del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, cuyo fallo se dio a conocer el pasado 30 de mayo en Madrid. El COIT ha evaluado en esta ocasión 44 tesis doctorales y 71 proyectos fin de carrera procedentes de 31 centros universitarios, que fueron supervisados por 361 evaluadores.
En la modalidad de tesis doctorales los alumnos de la UPNA premiados han sido Miguel Martínez de Espronceda Cámara, ganador del premio Accenture a la mejor tesis en nuevos servicios, aplicaciones y modelos de negocios digitales; Iván Arregui Padilla, premio Hisdesat a la mejor tesis en servicios satelitales, y Santiago Tainta Ausejo, finalista del premio Isdefe a la mejor tesis en seguridad y defensa.
En la categoría de trabajos fin de carrera o fin máster los premiados han sido Iñigo Cenoz Villanueva, premio COIT-AEIT al mejor proyecto en fundamentos y tecnologías básicas de la información y las comunicaciones, y sus aplicaciones, y Yuri Murillo Mange, premio Optima Financial Planners al mejor proyecto en innovación tecnológica.
Estos premios, patrocinados por diferentes entidades, establecen galardones para ganador y finalista en cada una de las 33 categorías (12 para tesis doctorales y 21 para trabajos fin de carrera o fin de máster). La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación de la UPNA (ETSIIT) ofreció ayer una recepción a los alumnos premiados. El acto, presidido por el director de la Escuela, Ignacio Matías Maestro, y el subdirector Antonio López Martín, contó con la presencia de cuatro de los cinco galardonados, ya que Yuri Murillo no pudo asistir por encontrarse ausente de la ciudad.
Los trabajos premiados
Miguel Martínez de Espronceda ha investigado en su tesis doctoral cómo optimizar el estándar para comunicaciones de dispositivos médicos y de salud personal, cada vez más utilizados gracias al avance de las tecnologías inalámbricas y al uso de teléfonos inteligentes. El reto está ahora en que muchos de esos dispositivos utilizan un protocolo de comunicación propio de cada fabricante, que hace difícil el intercambio de datos. “Mi tesis —explica este investigador— ha contribuido al desarrollo del nuevo estándar de interoperabilidad, cuyo objetivo es definir un lenguaje y terminología común para comunicaciones entre este tipo de dispositivos”.
Iván Arregui ha desarrollado en su tesis métodos que permiten el diseño de componentes capaces de mejorar la comunicación por satélite. En la actualidad, los satélites de comunicaciones necesitan aumentar la capacidad de los enlaces tierra-satélite para cubrir la creciente demanda de servicios. Los filtros desarrollados en su tesis presentan mejores prestaciones y permiten el manejo de más potencia que la soportada por los dispositivos actuales. Han resultado de gran interés para la industria del sector aeroespacial ya que, además de mejorar las características de los componentes, permiten disminuir la masa y volumen de los satélites, dos de las características más importantes que hay que tener en cuenta en el diseño de satélites de comunicaciones.
Santiago Tainta ha estudiado nuevas técnicas para el procesado de trenes de pulsos ópticos ultracortos y su aplicación a sistemas de comunicación por fibra óptica seguros. Actualmente, la información se transmite empleando pulsos de luz que se envían a través de una fibra óptica. Sin embargo, existen problemas para aumentar la velocidad de transmisión, ya que se necesita utilizar sistemas electrónicos que operen a muy alta velocidad. En su tesis ha propuesto una técnica para, a partir de un tren de pulsos de entrada, generar a la salida otro tren en el que, empleando señales electrónicas a baja velocidad, se puede controlar tanto la tasa de repetición (cuántos pulsos se transmiten por segundo) como su envolvente (la amplitud de dichos pulsos) de forma periódica.
El proyecto de Iñigo Cenoz consistió en crear un convertidor analógico/digital de ultra bajo consumo para su aplicación en nodos microsensores de redes de monitorización distribuida. Su trabajo sirvió como base para otro proyecto: el desarrollo de un chip de ultra bajo consumo, unos 50 millones de veces menor que el de una bombilla convencional. Ese bajo consumo permite al dispositivo ser alimentado con la reducida energía captada del entorno (luz, vibraciones, variaciones de temperatura, etc.). De esta forma, al no necesitar pilas para su funcionamiento, se logra autonomía energética. Este desarrollo, realizado por Antonio López e Iñigo Cenoz obtuvo el premio al mejor artículo en la 7th International Conference on Sensing Technology (ICST), celebrada en Wellington (Nueva Zelanda) el pasado mes de diciembre.
Yuri Murillo presentó en su trabajo una nueva contribución al desarrollo de un sistema de navegación en el espacio profundo, donde para calcular la posición de las naves espaciales se utiliza la radiación de un tipo de estrellas llamadas púlsares. En concreto, detectar las señales emitidas por los púlsares requiere el uso de antenas de gran tamaño y que estén orientadas hacia el púlsar durante días o semanas. “Utilizando el nuevo método de detección propuesto —indica su autor— se han obtenido resultados experimentales en los que la detección puede realizarse con antenas de 10 metros de diámetro (que podrían colocarse en una futura nave espacial) y prácticamente en tiempo real, ya que la existencia del púlsar se detecta en segundos o minutos”.