El edificio El Sario de la UPNA albergó del 20 al 31 de agosto el curso “Campus Internacional Moderna de Robótica Educativa y Programación Scratch”, organizado por la Universidad Pública de Navarra y el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, con el objetivo de mejorar las competencias científicas de profesores y alumnos.
El curso se dividió en dos partes. Por un lado, se llevó a cabo un Seminario de Profesores del 20 al 24 agosto y, por otro, del 27 al 31 tuvo lugar el Campus Escolar, en el que participaron 45 alumnos y alumnas de 5º y 6º de Primaria. Dicho campus finalizó ese mismo viernes con la presentación en público en el Planetario de Pamplona de los proyectos en los que estuvieron trabajando durante esos días. A dicho acto de clausura, en el que además de probar los robots físicos (Lego) se hizo entrega de varios diplomas a los alumnos participantes y se mostró parte del trabajo realizado con los robots virtuales (Scratch), acudieron José Iribas Sánchez de Boado, consejero de Educación del Gobierno de Navarra, y Eloísa Ramírez Vaquero, vicerrectora de Proyección Social y Cultural de la UPNA.
Durante el acto, las personalidades allí presentes agradecieron la labor y el esfuerzo dedicado a este curso por parte de profesores y alumnos, y pidieron que se siga desarrollando el talento de estos jóvenes hacia la robótica o mecatrónica, “puesto que es uno de los trabajos con mayor prospección de futuro actualmente”. Es importante, dijeron, que “se siga garantizando el desarrollo de un espíritu emprendedor entre los jóvenes”.
Tras estas palabras, se explicó brevemente el proceso de trabajo que habían seguido los participantes en el curso durante esos días. Javier Arlegui de Pablos, catedrático de la Escuela Universitaria de Psicología y Pedagogía de la UPNA y uno de los directores de dicho curso, comentó que se dividió a los alumnos por grupos y estos llevaron a cabo varios proyectos tanto con robots virtuales como con robots físicos. “Se les ha enseñado la programación básica de un robot y se ha trabajado a nivel informático con el lenguaje Scratch, desarrollado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology), y con el que se podría llegar a aprender incluso Inteligencia Artificial”, señaló Arlegui.
Después del resumen del curso, alumnos representantes de cada uno de los grupos fueron saliendo al estrado para explicar, con ayuda del programa informático con el que habían estado trabajando, en qué consistía cada uno de sus proyectos. Saioa Erro e Ibai Sanzberro fueron los portavoces de su equipo, en el que también se encontraban Fermín Urzainqui, Iosu Navascués y Pablo Armendáriz, y relataron el proceso por el cual el programa les permitía insertar una serie de órdenes básicas que luego el robot virtual adoptaba en la simulación. “En este caso, el coche está programado para que detecte la velocidad y en función de ella, si supera los 50 o no, apaga o enciende automáticamente las luces, lo mismo que al entrar y salir de los túneles por los que tiene que pasar”, explicó Sanzberro.
Así pues, uno tras otro fueron saliendo todos los grupos para explicar proyectos donde el coche detectaba plazas de aparcamiento vacías o se movía por garajes con soltura. Una vez terminadas las explicaciones fue el momento de la entrega de diplomas, y se pasó a la explicación práctica con robots físicos en el hall del Planetario. Los chicos y chicas del curso utilizaron pequeños robots con forma de coche, que ellos mismos montaron en las clases y programaron según se les enseñó previamente, para mostrar cómo habían conseguido que estos legos hicieran varios recorridos alrededor de un tablero, que simulaba las calles de una ciudad. Así, familiares y amigos pudieron disfrutar y asombrarse con el trabajo desarrollado por estos estudiantes en apenas unos días.
“Es la primera vez que nuestro hijo participa en un curso de este tipo y me ha parecido muy interesante. Nuestro hijo nos ha estado grabando imágenes de cosas que han estado haciendo esta semana en las clases y nos han parecido muy completas. Además, a mi hijo le gusta mucho todo lo que tiene que ver con programación, videojuegos y demás, y tenía mucha ilusión por venir al curso”, comentó Raquel, madre de Fermín Urzainqui, de 12 años y alumno participante en este curso. “En el curso han hecho desde lo más básico, que es conseguir que el robot se mueva en línea recta, hasta hacer que gire en las curvas e incluso han aprendido cómo se consigue que hasta hablen y vean”, puntualizó su padre, quien reconoció que estos cursos son una maravilla.
Y no fue el único que lo admitió, también la madre de Pablo Vidondo, de 12 años, reconoció “que ésta es la mejor edad para que realicen estos cursos, porque están en ese momento en el que absorben todo, todo les parece interesante y todo lo preguntan. Es mejor a esta edad porque antes son demasiado pequeños y después es cuando empiezan a pasar de todo. Además, el curso ha sido muy práctico, por lo que me ha contado mi hijo han hecho circuitos, programación y les han enseñado a montar legos, que es algo que a él siempre le ha gustado. Qué mejor que aprovechar ese interés y llevarlo a un curso como este donde pueda aprender y ponerlo en práctica”, concluyó.
Así, todos los alumnos fueron mostrando sus proyectos ante el numeroso público asistente que se asombró por el trabajo de estos pequeños futuros científicos.
Otras actividades
Durante el curso también se llevó a cabo un Seminario para Profesores, orientado a formar a profesionales en la realización de proyectos científico-tecnológicos sobre robótica educativa que puedan realizarse en el aula, para acercar así los robots físicos (Lego) y los virtuales (Scratch) al alumnado del tercer ciclo de Educación Primaria. Dicho seminario contó con la participación de expertos en robótica educativa de ámbito nacional e internacional y permitió al profesorado aprender a desarrollar distintos diseños y a ponerlos en práctica.