El anuncio se ha hecho esta mañana en el Rectorado de la Universidad Pública de Navarra, en un acto en el que han estado presentes los profesores Alberto Pérez Calvo y Patricio Hernández, vicepresidente y secretario del jurado, respectivamente. El profesor Habermas cuenta con otros prestigiosos premios, entre los que cabe citar: el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2003), los premios Hegel (1974), Sigmund Freud (1976), Adorno (1980). Es Miembro de la Academia Alemana de la Lengua y “doctor honoris causa” por la universidades de Jerusalén, Buenos Aires, Hamburgo, Utrecht, Evanston, Atenas, Tel Aviv y de la New School for Social Research de New York.
En este año, en el que se cumplen los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Jurado del Premio Jaime Brunet desea resaltar la figura de un pensador y profesor universitario que ha propugnado, a lo largo de su trayectoria científica, por una racionalidad comunicativa orientada hacia el entendimiento mutuo y la búsqueda del mejor argumento, como base legítima de la voluntad de los sujetos. Aboga para ello por un contexto democrático, como modelo de organización de la vida política, en el que los ciudadanos formados participan, debaten y dialogan sobre distintas alternativas.
El Jurado quiere subrayar también el optimismo democrático de Habermas para quien la universalidad de las normas, aunque sea en potencia, es garantía formal para el cumplimiento de la justicia. Se valora especialmente su apuesta por un desarrollo simultáneo de la inteligencia moral junto con la inteligencia tecnológica e instrumental, que implica la formación de ciudadanos maduros y autónomos dispuestos a poner en entredicho sus convicciones más firmes y a aceptar el resultado de la discusión democrática.
Según señala el Jurado, “frente a la perpetuación de identificaciones colectivas nacionales, que se afirman en la defensa de una verdad narrativa tradicional o mítica, Habermas promueve un nuevo paradigma de participación ciudadana que se basa en el diálogo razonado en busca del entendimiento entre todos los seres humanos. Un espacio abierto de diálogo con la posibilidad de que comparezcan nuevos argumentos que mejoren pautas sancionadas con anterioridad”.
El Jurado considera importante resaltar en estos momentos “la apuesta de Jürgen Habermas por la participación política de los ciudadanos en un modelo de convivencia basada en el respeto a los procedimientos discursivos que dan validez normativa a la ley fundamental del constitucionalismo reciente, aquel que adopta y asimila la carta de los derechos universales del hombre”. Según el acta, “en este nuevo siglo en el que el terrorismo amenazante y ejecutor se erige en protagonista de la escena pública y obtiene una respuesta no siempre ajustada a los valores de la justicia, los principios morales de Habermas
cobran una importancia capital”, que el Jurado del Premio Jaime Brunet desea poner de relieve con la concesión de este premio.
Perfil de Jürgen Habermas
Jürgen Habermas (Dusseldorf, 1929) es uno de los pensadores más importantes de la filosofía de la última parte del siglo XX e inicios del XXI. Con su obra, no solo ha logrado consolidar una propuesta de transformación y actualización de la teoría crítica de la sociedad, sino además ha incorporado a la misma referencias provenientes del pensamiento filosófico y sociológico moderno.
Habermas forma parte de la Escuela de Francfort y es uno de los principales representantes de la Teoría Crítica. De 1956 a 1959 fue ayudante y colaborador de Adorno en el Instituto de Sociología de Fráncfort del Meno. En 1961 defendió su habilitación, centrada en el concepto de lo público (Öffentlichkeit). Entre 1964 y 1971 ejerció como profesor en la Universidad de Fránkfurt, y se convirtió en uno de los principales representantes de la Teoría Crítica. De 1971 a 1983 se desempeñó como director en el Instituto Max Planck para la "investigación de las condiciones de vida del mundo técnico-científico".
Tomada en su conjunto, la obra de Jürgen Habermas resulta de difícil acceso. La variedad de los intereses y el rigor de sus planeamientos teóricos, junto con la continua referencia y aprovechamiento de investigaciones de áreas diversas, lo revelan como un pensador polémico. Su temática es tanto sociológica y filosófica como científica y política. Influido por Heidegger, Hegel y Lukács, se pone en contacto con los “temas de izquierda”. Lee a Marx, Benjamin, Marcuse, Horckheimer y Adorno. Espantado por el nazismo - quizá la expresión más dolorosa del proyecto moderno- se esfuerza desesperadamente por encontrar en el ámbito intersubjetivo de la comunicación la clave que permita reanudar este proyecto, reinterpretarlo y realizarlo.
En 1981 publica su monumental obra “Teoría de la acción comunicativa”. Es una obra sociológica, una teoría global de la sociedad: el origen, la evolución y las patologías de la sociedad. Desde 1981 en adelante su interés se centra en la filosofía práctica: moral, ética, derecho y justicia. En “Conciencia moral y acción comunicativa” y en “Moralidad y ética”, de 1986, intenta fundamentar una ética en un universalismo normativo y afrontar así el escepticismo de nuestro tiempo.
La Fundación y el Premio Jaime Brunet
La Fundación Jaime Brunet es una Fundación cultural privada, de interés social y carácter permanente, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. La Fundación promociona actividades dirigidas a tal objeto y estudios relacionados con el respeto a tales valores.
En concreto, y entre otras actividades, convoca el premio Jaime Brunet Romero con el fin de distinguir bien un trabajo científico; bien un trabajo literario o audiovisual; bien una trayectoria de una persona o institución que haya destacado en la promoción de los derechos humanos.
Jaime Brunet Romero nació en Bayona (Francia) el 20 de julio de 1926 y falleció el 4 de enero de 1992 en San Sebastián (Guipúzcoa). Nacido en el seno
de una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial), fue educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir. Fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del partido republicano que llegó a ser teniente de alcalde del ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo.
Cursó sus estudios en la universidad de Valladolid, en la que ejerció por un tiempo como profesor ayudante. Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender
idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.
En los últimos años de su vida su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano, también ante los abusos de la Administración pública, se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decide legar su fortuna para crear a su fallecimiento la fundación que con su nombre se dedique a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes por su trabajo en defensa de los mismos se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se crea la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.