En el acto, celebrado en la sede del Parlamento Europeo en Madrid, junto al Dalai Lama, se encontraba su secretario Tanzin Geyche, la traductora, y Fernando Álvarez de
Miranda, que presidía el Congreso de los Diputados en el periodo constituyente. Tras las palabras de bienvenida al Dalai Lama de Álvarez de Miranda intervino Antonio Pérez Prados como representante de la Fundación Jaime Brunet, institución que lleva el nombre de este filántropo español que legó su fortuna a la Universidad Pública de Navarra, para la promoción de los derechos humanos y el enaltecimiento de las personas e instituciones que destacan en esta labor.
En su intervención, el ex rector de la Universidad Pública de Navarra, Pérez Prados, destacó que, con la concesión de este Premio a Su Santidad el jurado, tal como consta en el Diploma acreditativo del Premio, quiso resaltar los valores que representa la figura del XIV Dalai Lama como "apóstol de la no violencia, especialmente en unos momentos históricos de convulsión social y política en el panorama internacional, con evidente riesgo de retroceso en la defensa de los derechos fundamentales de las personas".
Asimismo, Pérez Prados resaltó que en las propuestas de Su Santidad el Dalai Lama "aflora siempre el compromiso por el respeto a la vida de todos los seres, que constituye el primero y más fundamental de los derechos humanos", porque siempre ha defendido que la primera responsabilidad del género humano es "trabajar para conseguir la felicidad de todas las criaturas vivas mediante la superación del sufrimiento".
A continuación, el Dalai Lama pronunció unas palabras de agradecimiento y, tomando la réplica de la escultura, que es una línea de metal estilizada con parte del cuerpo vaciado, se refirió a las carencias de la humanidad y a la necesidad de "esforzarse para
cubrir las deficiencias y la pobreza de países como los del continente africano donde se gasta el dinero en armas y no en medicinas y alimentos".
El Dalai Lama señaló que su vida es un triple compromiso. En primer lugar, con la necesidad de no violencia y del fomento de la compasión y el amor por todos los seres vivos; en segundo lugar, con el diálogo y la armonía entre las diferentes religiones; y, por último, con el pueblo tibetano, por preservar sus derechos humanos, su medio ambiente, la educación de sus niños, etc.
Precisamente, refiriéndose al cheque que se le entregó, explicó que la mitad del dinero la donará para "la atención de los niños tibetanos que sufren discapacidades, especialmente motivadas por congelaciones de los pies", y la otra mitad la destinará a un proyecto de desarrollo de artesanías que se sigue en una zona pobre de la India, vecina a una comunidad tibetana.
Después de agradecer nuevamente la concesión del premio, se entabló un diálogo en el que diversas personas formularon preguntas a Su Santidad y le pidieron consejo espiritual. Finalmente, el Dalai Lama impuso una beca blanca, siguiendo la costumbre tibetana de agradecimiento, a Fernando Álvarez de Miranda y a Antonio Pérez Prados.
Al acto asistieron también, por parte de la Fundación Jaime Brunet, José Luis Iriarte Ángel, Vicerrector de Convergencia Europea y Relaciones Institucionales de la Universidad Pública de Navarra, Luis Guillermo Perinat, ex parlamentario y diputado europeo, y Javier Sáinz de los Terreros Goñi. Asimismo, estaban presentes Patricio Hernández Pérez, secretario del jurado que le concedió el Premio, y Jorge Nieto Vázquez, catedrático de Economía y a cuya iniciativa el Departamento de este nombre de la Universidad Pública de Navarra propuso la candidatura del Dalai Lama.
El jurado
El jurado que decidió el fallo, formado según las estipulaciones de Jaime Brunet en su legado, estaba presidido por Angel Torío López, catedrático de la Universidad de Valladolid, e integrado por los siguientes vocales: Alberto Pérez Calvo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pública de Navarra; José Carlos Arnedo Ruiz, Decano del Colegio Notarial de Navarra; Javier Caballero Martínez, Decano del Colegio de Abogados de Pamplona; Patricio Hernández Pérez, catedrático de Literatura Española de la Universidad Pública de Navarra; Amaya Gambra de Antonio, alumna de 3º curso de la Licenciatura de Derecho de la Universidad Pública de Navarra, por tener el mejor expediente académico de su promoción; y Fernando Armendáriz Arbizu, representante por la Delegación Española de Amnistía Internacional.
El premio lo han recibido en las sucesivas ediciones desde su creación Amnistía Internacional (1998), Sección Española; Akin Birdal (1999), fundador de diversas asociaciones pro derechos humanos en Turquía; Cristina Cuesta Gorostidi (2000),
creadora junto con otras personas de diversos grupos pacifistas (Asociación por la Paz, Denon Artean-Paz y Reconciliación, ¡Basta ya! y Colectivo Víctimas del Terrorismo del País Vasco); y Cecilio de Lora y Carolina Agudelo, religiosos que trabajan en Colombia en sectores marginales, en actividades de asistencia, formación y promoción de los derechos humanos (2002).