Las empresas familiares, que representan el 70% del tejido empresarial, adoptan sus decisiones estratégicas con el objetivo de proteger la riqueza socioemocional, definida como aquellos factores no económicos tales como la longevidad del negocio, la reputación, el prestigio o las relaciones creadas. Su preservación se convierte en un fin en sí mismo, según la tesis doctoral defendida en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) por Lucía Garcés Galdeano (Valtierra, 1987), doble licenciada en Administración y Dirección de Empresas y en Derecho.
La nueva doctora ha ahondado en las verdaderas causas que llevan a las empresas familiares a la toma de decisiones. “El factor clave diferencial reside en que, en estas organizaciones, la maximización de beneficios económicos convive con la consecución de otro tipo de objetivos no económicos, tales como la posibilidad de dar empleo a otros miembros de la familia o de trasmitir un legado a generaciones futuras”, afirma Lucía Garcés.
Estos elementos no económicos, la citada riqueza socioemocional, constan de cinco dimensiones. “Se trata del control e influencia de la familia en la toma de decisiones y su fuerte identificación con la empresa; la construcción de relaciones duraderas con los ‘stakeholders’ o grupos de interés internos y externos, como empleados, clientes o proveedores; la presencia de fuertes lazos emocionales entre los miembros de la familia, lazos que a menudo se extienden a otros no pertenecientes a ella; y el gran deseo de transmitir la compañía a futuras generaciones”, enumera la autora de la tesis, que ha sido dirigida por Martin Larraza Kintana, profesor del Departamento de Gestión de Empresas de la Universidad.
Emprendimiento y responsabilidad social
Lucía Garcés estudió la influencia de la riqueza socioemocional sobre tres variables: la orientación emprendedora, la responsabilidad social corporativa (RSC) y la satisfacción general del gerente sobre los resultados económicos.
En el primer caso, la autora de la tesis, calificada con sobresaliente “cum laude”, concluye que sólo existen diferencias significativas entre las empresas familiares y las no familiares cuando compiten en sectores de media-baja y baja tecnología. En estos casos, las firmas familiares son, en general, “menos emprendedoras”. “El emprendimiento supone una inversión grande de dinero y la búsqueda de personal externo con un perfil más especializado —indica—. Aun sabiendo que el emprendimiento tiene un impacto positivo en los resultados, las firmas familiares son más reacias a contratar empleados de fuera, buscando así mantener el control en manos familiares y también son menos proclives a endeudarse”.
En cambio, en los sectores industriales donde se requiere media-alta o alta tecnología, las compañías familiares son igualmente emprendedoras. “Para competir en mercados de alta tecnología, las empresas deben ser emprendedoras: estar alerta a los cambios del entorno, a la innovación constante en el sector y ser proactivas para tomar decisiones”, explica Lucía Garcés.
En el caso de la responsabilidad social corporativa, la riqueza socioemocional puede ser un arma de doble filo para las empresas familiares, pues propicia tanto comportamientos socialmente responsables como irresponsables. Básicamente, actúan con más responsabilidad social respecto a las demandas de grupos de interés externos, como los clientes, la comunidad o el medio ambiente. “Esto no pone en peligro el control de la empresa”, apunta Garcés. En cambio, los grupos de interés interno (como los empleados o el gobierno corporativo) son percibidos como una amenaza. “Son socialmente menos responsables ante ellos por el profundo miedo de la familia a la pérdida de influencia —señala Lucía Garcés—. Las empresas familiares se caracterizan por hacer ciertas distinciones entre sus empleados, según sean miembros familiares o no, y, además, sus consejos de administración suelen estar formados por familiares para así no perder el control”.
Finalmente, su estudio muestra cómo la satisfacción del gerente que trabaja en la empresa no familiar está muy influenciado por los resultados económicos y financieros de años anteriores. “Esta influencia no es tal en el caso de las firmas familiares. Esto no quiere decir que no le importe sus resultados económicos sino que la parte más importante de su satisfacción general es la riqueza socioemocional”, concluye Garcés.
Breve currículum
Tras obtener su doble licenciatura en la Universidad Pública de Navarra, Lucía Garcés Galdeano cursó el Máster en Gestión, Organización y Economía de la Empresa por las universidades Autónoma de Barcelona, Illes Balears y Pública de Navarra.
Como investigadora, la nueva doctora ha publicado en revistas especializadas, como “Entrepreneurship, Theory and Practice” o “International Entrepreneurship and Management Journal” y colabora en distintos proyectos de investigación: uno sobre gobierno corporativo en la empresa familiar cotizada, con Cristina Cruz Serrano, profesora del IE Business School (Madrid); y otro sobre previsión social complementaria, con Mª Carmen García Olaverri y Emilio Huerta Arribas, catedráticos de la Universidad Pública de Navarra. Además, ha realizado estancias de investigación en la Jönköping University (Suecia) y en Lancaster University (Reino Unido), con cuyos profesores sigue colaborando.
En cuanto a la docencia, imparte asignaturas relacionadas con la gestión de empresas, como son Dirección estratégica, Dirección de operaciones y Diseño y comportamiento organizativo.