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El campus de Tudela de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha acogido recientemente las Jornadas Agroalimentarias Iberus, organizadas por el Instituto de Investigación en Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria (ISFOOD)  de la institución académica y Campus Iberus , el Campus de Excelencia Internacional del Valle del Ebro. El encuentro ha reunido a 55 personas del ámbito investigador, profesional y académico vinculadas al sector agroalimentario, y se ha centrado en el estudio de la microbiota, conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos y protozoos), que habitan en un entorno específico, pudiendo acabar desde, por ejemplo, el intestino humano hasta el suelo de cultivo. En concreto, el foco se ha puesto en diferentes contextos vinculados a los alimentos, la producción vegetal y animal, y la salud humana.

zoom Participantes en las jornadas agroalimentarias de Campus Iberus posan en el campus de la UPNA en Tudela.

Participantes en las jornadas agroalimentarias de Campus Iberus posan en el campus de la UPNA en Tudela.

Durante las sesiones, se han dado a conocer distintas investigaciones agrupadas en mesas temáticas sobre microbiota en cuatro ámbitos (nutrición humana, producción animal, alimentos, y suelos y producción vegetal), entre ellas, las de cuatro investigadores de la UPNA.

Así, la catedrática Idoia Labayen Goñi, directora del Instituto ISFOOD, ha expuesto los resultados de un estudio sobre los efectos del ayuno intermitente en personas con sobrepeso u obesidad, concretamente, en la composición y ritmo biológico de su microbiota intestinal. Su investigación también ha analizado la relación de estos factores con la acumulación de grasa en el hígado (esteatosis hepática) y el control de la glucosa en sangre.

Microorganismos de la leche

En el ámbito de la producción animal, la investigadora del Instituto ISFOOD Beatriz Soret Lafraya ha presentado el proyecto EFICAS, dirigido por la profesora Olaia Urrutia Vera y desarrollado por el grupo de Producción Animal, Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la UPNA, en colaboración con la empresa Albaikide. Este trabajo tiene como objetivo mejorar la sostenibilidad y competitividad de las ganaderías de vacuno lechero de Navarra mediante el uso de información genética obtenida a partir de proteínas de la leche (caseínas) y de las células somáticas (aumentan cuando hay infección en las ubres) para mejorar la aptitud tecnológica de la leche, aumentando el rendimiento quesero y el bienestar animal. Uno de los enfoques principales del estudio es el análisis del microbioma de la leche (conjunto de microorganismos, sus genes e interacciones que establecen con el medio ambiente en que se encuentran) con el fin de implementar herramientas moleculares rentables para el diagnóstico temprano y prevención de la mastitis, una inflamación que afecta a las ubres del ganado lechero y compromete la rentabilidad de las ganaderías y el bienestar de los animales.

En el campo de la innovación alimentaria, el catedrático Juan Maté Caballero, secretario del Instituto ISFOOD, ha compartido los avances del grupo de investigación que dirige (Tecnología, Control y Seguridad Alimentaria-ALITEC) en nuevas fermentaciones inspiradas en técnicas tradicionales japonesas. Una de las líneas de trabajo consiste en el uso del kombucha, no como bebida, sino como sustituto del líquido de conservación en vegetales encurtidos. Otra se basa en el desarrollo de shio-koji, un fermentado con sabor umami natural, con potencial para sustituir al glutamato como potenciador de sabor. Ambas áreas de trabajo están siendo desarrolladas por Idoya Fernández Pan, investigadora del Instituto ISFOOD.

La piel viva del suelo

Por último, la intervención de Ana Giraldo Silva, investigadora Ramón y Cajal en el Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada (IMAB)  de la UPNA, se ha centrado en las biocostras del suelo, estructuras microbianas que constituyen la capa superficial de suelos áridos (“la piel viva”, tal como la ha definido la ponente). Estas formaciones actúan como “barreras naturales contra la erosión, mejoran la retención de agua y nutrientes, y contribuyen a la fijación de carbono y nitrógeno”, según ha explicado. La ponencia ha subrayado su valor ecológico como herramienta para la restauración de suelos degradados y su posible aplicación en zonas agrícolas abandonadas, en regiones vulnerables a la desertificación o expuestas a actividades humanas intensas (construcción, recreación, entrenamiento militar), así como en estrategias de mitigación de los efectos del cambio climático.

Las jornadas han contado con la participación de investigadores de las cuatro universidades de Campus Iberus (La Rioja, Lleida, UPNA y Zaragoza) y de centros de investigación como CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón), NEIKER (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario) e IA2 (Instituto Agroalimentario de Aragón).

Esta iniciativa ha recibido el apoyo financiero de los gobiernos de Navarra, Aragón, La Rioja y Cataluña para potenciar y consolidar la excelencia docente y científica, la internacionalización del sistema universitario y la generación de nuevas relaciones colaborativas con los diferentes actores del valle del Ebro.