Un total de 22 estudiantes de la Universidad Pública de Navarra participan este curso en la edición del programa Ruiseñor – Urretxindorra. En este programa, el alumnado universitario realiza actividades lúdicas y culturales con menores de edad, fuera del horario escolar, con el fin de crear espacios de encuentro cultural, social y de aprendizaje personal, ofrecerles apoyo y mostrarse como un modelo positivo.
Imagen de una de las reuniones iniciales celebradas en la UPNA entre participantes y niños y niñas mentorizados.
A la presente edición se inscribieron 32 estudiantes y finalmente se han conformado 22 parejas de mentoría. Los niños y niñas mentorizados cursan estudios de Educación Primaria en los colegios públicos San Jorge, García Galdeano y Bernart Etxepare.
Respecto al alumnado universitario, proceden de Administración y Dirección de Empresas (2 estudiantes), Derecho (2), Ingeniería en Tecnologías de Telecomunicación (1), Maestro en Educación Infantil (1), Maestro en Educación Primaria (4), Psicología (6), Sociología Aplicada (3), Trabajo Social (2) y Máster Universitario en Ingeniería Biomédica (1).
El programa está promovido por la Unidad de Acción Social del Vicerrectorado de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación, dentro de las actividades de responsabilidad social encuadradas en el Plan Estratégico de la UPNA. Con esta experiencia, además de promover valores de igualdad y solidaridad, se contribuye a vincular a la universidad pública con el desarrollo social y educativo de Navarra.
Origen del proyecto
La UPNA está integrada en la Coordinadora de Mentoría Social (junto a universidades catalanas y la del País Vasco, entre otras) y en la Nightingale Mentoring Network, que reúne a instituciones y universidades de nueve países europeos (Alemania, Austria, Dinamarca, España, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Suiza). El Proyecto Ruiseñor/Urretxindorra nació en 1997 en la Universidad de Malmö (Suecia) como un programa para conectar a menores con sus estudiantes. Esta iniciativa, inspirada en el proyecto israelí Perach, se bautizó con el nombre de ruiseñor, un pájaro que canta maravillosamente cuando se siente seguro. Este nombre está vinculado también a la citada ciudad sueca, donde nació el poeta Hjalmar Gullberg (1898-1961), quien halló en dicha ave inspiración para sus versos.