La Universidad Pública de Navarra (UPNA) acoge hasta el 19 de diciembre la exposición “Fronteras de Hormigón”, un viaje por dos infraestructuras defensivas construidas en el contexto de la II Guerra Mundial en la desembocadura del río Bidasoa, a ambos lados del Pirineo. La muestra, que se puede contemplar en la planta baja del edificio de los Magnolios del campus de Arrosadia, en Pamplona, y en horario de 8 a 21 horas de lunes a viernes laborables, está organizada por el Instituto Navarro de la Memoria, adscrito al Departamento de Relaciones Ciudadanas del Ejecutivo foral, y su dirección científica ha corrido a cargo del Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra de la institución académica.
“Fronteras de Hormigón” propone un itinerario de memoria por dos infraestructuras defensivas que casi llegan a tocarse en la desembocadura del Bidasoa, el Muro Atlántico y la Fortificación del Pirineo, y desvela las motivaciones estratégicas que llevaron a sus impulsores, Adolf Hitler y Francisco Franco, a la concepción de estas fortificaciones, que pretendían blindar sus respectivos regímenes. Descubriendo estos búnkeres y estructuras, hoy semienterradas en las playas del golfo de Bizkaia o cubiertas por la vegetación a pocos pasos de la frontera, se invita a rendir homenaje a sus protagonistas, centenares de miles de trabajadores, en su mayoría represaliados políticos del nazismo y el franquismo, sometidos a trabajos forzados.
Con “Fronteras de Hormigón”, el Instituto Navarro de la Memoria se ha hecho eco del trabajo de investigadores y asociaciones memorialistas, como el Instituto Gerónimo de Uztáriz y Memoriaren Bideak, favoreciendo la divulgación de esta realidad y convirtiendo estos parajes en espacios de reflexión crítica sobre los procesos de vulneración de los derechos humanos, tanto del pasado como del presente, especialmente dirigidos a las generaciones más jóvenes.