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Amaia Eraso Lasa, graduada en Maestro en Educación Infantil por la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha desarrollado en su trabajo de fin de grado un protocolo de intervención para trabajar la estimulación multisensorial en las escuelas. Además, pudo ponerlo en práctica en la escuela pública Amaiur Ikastola de Pamplona, donde creó una sala multisensorial y trabajó con una alumna de cuatro años para ayudarla en el desarrollo de las funciones cognitivas básicas (atención y memoria).

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Amaia Eraso Lasa, autora del trabajo

La estimulación multisensorial ayuda al desarrollo de las funciones cognitivas básicas y facilita el posterior desarrollo de las funciones cognitivas más complejas. “La niña con la que trabajamos tenía un diagnóstico de retraso general madurativo y presentaba falta de estimulación sensorial”, explica la autora del trabajo.

Una vez que se diseñó el protocolo, se elaboró la propuesta de intervención: “Se creó un aula multisensorial con espacio para la relajación e introducción de la actividad, paraguas multisensorial, diferentes paneles sensoriales, panel de luces, actividades olfativas y gustativas, bolas de luces, etc. Todo ello permite hacer infinidad de actividades, trabajar los diferentes sentidos e interactuar con el entorno”.

A pesar de que, debido a la pandemia, la puesta en práctica del protocolo fue más breve de lo previsto, “los resultados han sido favorables y la respuesta de la alumna fue positiva. El aula multisensorial le permitió interactuar con el entorno y con sus compañeros en un espacio adaptado a ella y, además, el aula ha quedado disponible en la escuela para poder continuar con las actividades”.

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Imagen de la bola de luces instalada en el espacio multisensorial

Protocolo e intervención posterior

La idea de realizar el protocolo y la propuesta de intervención surgió cuando Amaia Eraso realizaba las prácticas escolares del grado, en la especialidad de Pedagogía terapéutica, en la ikastola Amaiur. “Mi tutora me habló sobre la estimulación multisensorial. Tenía una alumna de 4 años que mostraba necesidad de estimular los diferentes sentidos y me dijo que debía preparar un paraguas multisensorial y un panel. Como me llamó la atención, decidí profundizar en el tema”.

Tras hablarlo con su tutor en la universidad, Fernando Trébol, distintas personas del centro escolar (tutora, cuidadora, orientador, logopeda, etc.) y la propia familia de la alumna, decidió diseñar el protocolo. Para ello, contó también con la colaboración de profesionales de La microcooperativa social Txiribuelta, quienes le dieron información sobre los diferentes programas que tenían en marcha, los perfiles con los que trabajaban etc.

“En realidad, el protocolo es una pauta que recoge qué se debe hacer desde el inicio al fin de curso, y facilita la intervención posterior —explica Amaia Eraso—. Para esa intervención, mi propuesta fue crear un aula multisensorial y trabajar la estimulación también a través de las nuevas tecnologías, para poder seguir en casa el trabajo que se hace en la escuela, dando a la familia recursos y la posibilidad de que forme parte del proceso” En ese sentido, también creó unos pictogramas utilizando fotos de personas cercanas a la alumna, para ayudar en la comunicación e introduciendo elementos táctiles para darles un enfoque multisensorial.

Por último, en el aula multisensorial, la alumna de la UPNA utilizó materiales reciclados, “para poder crearla con el mínimo presupuesto posible, ya que desde el comienzo el aula debía adaptarse a los límites económicos, físicos y personales de la escuela”. Amaia Eraso propuso además una serie de mejoras y actividades que podrían desarrollarse en los próximos cursos y considera que “aunque los recursos sean limitados, está claro que se pueden hacer grandes cosas”.