El lavado de manos de los profesionales sanitarios que trabajan en las ambulancias de urgencias es “deficiente” y su ropa laboral “se lava en los domicilios de estos, sin hacerlo en las condiciones óptimas, por lo que su limpieza es inadecuada”. Estos son algunos de los riesgos laborales a los que están sometidos dichos profesionales, según la tesis doctoral que ha defendido en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Tania Arenal Gota (Pamplona, 1988), enfermera especializada en urgencias y emergencias y técnica superior en prevención de riesgos laborales. “Es preciso realizar una valoración constante de las ambulancias de urgencias y de sus trabajadores, de tal forma que se fomente la investigación y la innovación continua y se prevean siempre los riesgos que pueden tener tanto los profesionales como los pacientes”, afirma la investigadora.
Para estudiar los riesgos laborales a los que están sometidos estos profesionales sanitarios, desde el punto de vista psicosocial, de la higiene, la ergonomía y la seguridad, Tania Arenal se ha basado en las cuarenta ambulancias de asistencia de emergencia integradas en la Red de Transporte de Emergencia de la Comunidad Foral (35 de ellas, de soporte vital básico y las cinco restantes, de soporte vital avanzado). En concreto, la investigación sobre la higiene y la seguridad se ha centrado en el lavado de manos y de la ropa laboral. “Este es el primer estudio de estas características realizado en Navarra y muestra que el cumplimiento de la higiene de manos entre los profesionales del transporte sanitario se sitúa en el 18,81%, un porcentaje inferior en comparación con lo publicado en el ámbito hospitalario, que oscila entre el 30 y 50%”, indica la autora de la tesis.
Entre las causas de este comportamiento, la investigadora enumera “la alta carga de trabajo, los factores cognitivos y las lagunas en el conocimiento sobre medidas básicas de control de infección tales como como la higiene de las manos o el uso inadecuado de guantes”. “Debe ser obligatoria la promoción de la higiene de manos, que está auspiciada por la estrategia de atención segura al paciente desarrollada a nivel nacional y por el Servicio Navarro de Salud y sigue las guías de práctica existentes y las recomendaciones basadas en evidencia. La importancia de la formación y la existencia del material apropiado sería relevante para futuras mejoras”, añade.
Protocolo de limpieza de uniformes
Asimismo, Tania Arenal señala que es “imprescindible conseguir un protocolo de limpieza de los uniformes y que este se lleve a cabo por parte de la empresa independientemente de su tamaño y titularidad”. “Es muy importante enseñar a estos profesionales durante su formación cuál sería la limpieza más adecuada de sus uniformes antes de que se incorporen al mercado laboral”, apunta la autora de la tesis doctoral, que ha sido dirigida por Tomás Belzunegui Otano, profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Salud de la UPNA y subdirector de Urgencias y Hospitalización del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN).
Desde el punto de vista de la ergonomía, la investigadora también ha constatado que las piernas de los profesionales, y no la zona lumbar, soportan más el peso del paciente al ser descendido de la ambulancia. Por eso, bajarlo en la dirección de desplazamiento “disminuye la aceleración de las piernas” (y, por tanto, el esfuerzo físico), por lo que esta posición es “ergonómicamente la mejor”. “Como en la bajada del paciente es más importante la experiencia y la habilidad que la capacidad física, es necesario integrar estrategias de prevención en los programas formativos de estos profesionales”, comenta Tania Arenal, quien aboga por desarrollar sillas de transporte urgente “manejables, más ligeras y que sean utilizables en espacios confinados, lo que disminuiría notablemente el esfuerzo físico desarrollado por el personal de urgencias extrahospitalarias”.
Finalmente, desde la perspectiva psicosocial, los resultados de la tesis de Tania Arenal reflejan que lo que más afecta al cansancio emocional es el tipo de contrato, de tal forma que aquel disminuye cuando se es funcionario, mientras que aumenta el desgaste profesional o síndrome de cansancio emocional (el denominado “burnout”) si se tiene una percepción propia peor de la salud.
“La búsqueda de una mejor atención a los pacientes y de la prestación de mejores servicios sanitarios no puede depender sólo de aspectos técnicos, administrativos o de dotación de medios. Es el factor humano lo que es irremplazable en la atención sanitaria. Por lo tanto, los riesgos a los que se ven expuestos los profesionales sanitarios en las ambulancias de urgencias precisan de una constante revisión e innovación para su control y minimización en la medida de lo posible. Además, la formación de este personal es algo fundamental para disminuir la exposición a los riesgos”, concluye la investigadora.
Breve currículum
Antes de doctorarse, Tania Arenal se diplomó en Enfermería en la UPNA, donde cursó también dos posgrados: el Máster Oficial en Prevención de Riesgos Laborales (con las especialidades de Seguridad, Ergonomía, Psicosociales e Higiene) y el título de Experto Universitario en Asistencia Sanitaria de Urgencia. Además, en la Universidad Europea de Madrid realizó el Máster Oficial en Urgencias, Emergencias y Críticos y el Curso de Experto en Enfermería en Urgencias y Emergencias Extrahospitalarias.
La nueva doctora por la UPNA acumula un decenio de experiencia laboral como enfermera, tarea que desarrolla en la actualidad en ambulancias, tanto del Servicio Navarra de Salud-Osasunbidea como de la empresa Alerta Servicios Sociosanitarios.
Como investigadora, es autora de ocho artículos de investigación y ha presentado ponencias en casi una treintena de congresos (de los que ocho eran internacionales).