El profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Carlos Vilches Plaza y el doctorando en Sociología de la misma Universidad Natxo Esparza Fernández han concluido recientemente un proyecto de análisis de la situación y las necesidades de las personas refugiadas en los campamentos del Sahara con respecto al agua de uso doméstico.
El proyecto ha supuesto la entrega, a 4.605 mujeres cabezas de familia, de otros tantos depósitos nuevos para almacenar el agua. También ha contemplado una formación teórica y práctica, en la que han participado 35 mujeres de los comités saharauis del agua a través de un proceso de Investigación Acción Participativa (IAP), con el objetivo de conseguir un mejor aprovechamiento de este recurso y lograr el empoderamiento de la población saharaui en su gestión de forma más autónoma.
En concreto, el proyecto formativo se ha realizado desde diciembre de 2018 hasta este mes de mayo de 2019 en los campamentos saharauis en Tinduf, Argelia, donde la población que hasta 1976 fue colonia española, se refugió tras la invasión de su territorio por parte de Marruecos y donde permanece desplazada hasta el día de hoy. El proceso formativo, para el que se ha utilizado la metodología denominada investigación acción participativa (IAP), se inserta en un programa global de mejora de las infraestructuras y de la calidad del agua doméstica que se inició, a finales de 2017, por iniciativa de la Asociación de Amigos y Amigas de la RASD de Álava en colaboración con el Ministerio de Agua y Medio Ambiente (MIAMA) del Gobierno Saharaui, la Media Luna Roja Saharaui y con el soporte financiero de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo.
Renovación de depósitos y acciones formativas
Tal y como explica el profesor Carlos Vilches, “el disfrute del derecho al agua es fundamental para alcanzar un nivel de vida adecuado, más aún en un contexto tan inhóspito como supone el desierto del Sáhara. Las familias almacenan este recurso en depósitos de acero galvanizado que, con el tiempo, se han ido oxidando y afectando a la salubridad del agua, y la gran mayoría de ella no dispone de los medios necesarios para renovarlos”. Los nuevos depósitos son de plástico de doble capa con base de soporte metalizado y también se ha dotado al Ministerio del Agua y del Medio Ambiente de camiones cisterna para el reparto de agua.
El proyecto desde su inicio tenía definida una clara perspectiva de género, al tener como objetivo principal la formación de las mujeres en metodología de investigación social, puesto que son las mujeres las propietarias y responsables de los depósitos de agua y ellas forman los comités que se encargan de su control en las cinco “wilayas” y en sus respectivas “dairas”, que son la base de la organización de los campamentos. La cantidad disponible de agua potable clorada es de un promedio de 15 litros por persona al día.
El cronograma de trabajo contempló, en diciembre de 2018, una presentación del trabajo y los objetivos, así como el proceso de fijar las fechas de las sesiones de formación, que cursaron 35 mujeres de las cinco “wilayas”, que fueron posteriormente las activadoras de los cambios en sus respectivos lugares. Los talleres prácticos fueron realizados por 630 mujeres en 38 grupos de trabajo, y se completaron con la realización de cerca de 600 encuestas.
Como explica Carlos Vilches, tras la finalización del proceso formativo y del análisis de los resultados de los talleres participativos y de los datos de la encuesta por parte de las 35 alumnas de los comités del agua en la última sesión del curso celebrada en mayo, estas han comenzado ya a trasladar el diagnóstico y los resultados del estudio a las familias de los campamentos y a elaborar alternativas y mejoras a los problemas detectados. “Con la formación recibida las alumnas pueden encarar a futuro y de forma autónoma, nuevos trabajos de diagnóstico aplicados a su vida cotidiana sin dependencia de técnicos y técnicas externos, cerrando el ciclo de empoderamiento base de la IAP”, señala.