Miguel Hernáez Sáenz de Záitigui (Cuzcurrita de Río Tirón, La Rioja, 1980), doctor en Ingeniería de Telecomunicación y profesor de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha obtenido un contrato de investigación Marie Sklodowska-Curie que la Unión Europea concede en homenaje a la científica franco-polaca dos veces galardonada con el Premio Nobel. La ayuda le permitirá investigar durante dos años en la Universidad de East Anglia, en Norwich (Reino Unido), sobre unos sensores para detectar testosterona tanto en el organismo humano, en casos de infertilidad o dopaje de deportistas, como en el medio ambiente, ya que la presencia de esta hormona sexual masculina reduce la calidad del agua.
Los contratos individuales Marie Sklodowska-Curie, pertenecientes al pilar de Ciencia Excelente del programa europeo de investigación Horizonte 2020, están orientados a la movilidad de los mejores y más prometedores científicos. Su objetivo es ampliar el potencial innovador y creativo de los investigadores, por lo que compiten proyectos de toda Europa en un riguroso proceso de evaluación.
Hernáez ha obtenido una ayuda económica de 183.455 euros para desarrollar sus investigaciones en el Reino Unido bajo la supervisión de Andrew G. Mayes, profesor de la Escuela de Química de la Universidad de East Anglia y líder de un equipo de investigación que colabora con el Grupo de Sensores de Fibra Óptica de la UPNA.
Del dopaje al medio ambiente
Su proyecto consiste en el diseño y la fabricación de sensores de fibra óptica para detectar testosterona, una hormona que afecta a diversas funciones fisiológicas, especialmente a las relacionadas con la fertilidad. Puede ser utilizada también para mejorar el rendimiento de los deportistas, por lo que está incluida en la lista de sustancias prohibidas del Comité Olímpico Internacional. Además, “si se encuentra en el medio ambiente, puede suponer una amenaza para la salud, ya que reduce la calidad del agua”, según Hernáez. “Por estos motivos, la detección y la cuantificación de la testosterona en organismos, a través de la orina, o en el medio ambiente, caso del agua, es un campo de gran interés”, añade.
Los citados sensores de fibra óptica utilizarán polímeros de impresión molecular, unos compuestos que imitan el funcionamiento de sustancias naturales como enzimas o anticuerpos. Este es un ejemplo de la denominada biomimética, “una rama de la ciencia que, para resolver distintos problemas, intenta imitar artificialmente diferentes sistemas, procesos o elementos presentes en la naturaleza”, apunta el investigador de la UPNA. Aprovechando la extensa experiencia de Andrew Mayes en este campo, los polímeros sintéticos que Miguel Hernáez va a desarrollar serán capaces de cambiar una de sus características (su índice de refracción) en presencia de moléculas de testosterona.
Estos polímeros se emplearán posteriormente para recubrir el núcleo de la fibra óptica, obteniendo así sensores basados en resonancias de modos con pérdidas. Estos dispositivos, desarrollados por primera vez en 2010 en la UPNA, son los encargados de detectar ese cambio en el índice de refracción del polímero en presencia de moléculas de testosterona. “Se trata, por tanto, de un proyecto multidisciplinar con el que se pretende desarrollar una metodología que pueda aplicarse después a la detección de otras sustancias de interés”, explica el investigador.
Breve currículum
Miguel Hernáez se tituló en Ingeniería de Telecomunicación en la UPNA, donde también curso el Máster en Comunicaciones y realizó su tesis doctoral sobre sensores de fibra óptica, bajo la dirección de los catedráticos del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica Ignacio R. Matías Maestro y Francisco J. Arregui San Martín.
Su trayectoria profesional ha transcurrido en el Grupo de Sensores de la UPNA, donde en los últimos nueve años ha sido investigador pre y posdoctoral y ha participado en diez proyectos de investigación financiados con ayudas públicas y privadas. También ha realizado estancias de investigación durante tres periodos distintos en dos universidades británicas: Aston University, en Birmingham, y la ya citada Universidad de East Anglia. Durante su carrera ha sido coautor de 35 artículos publicados en revistas científicas internacionales, 49 contribuciones en congresos internacionales, dos patentes y cuatro capítulos de libros de su especialidad.
Además, ha sido profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la UPNA, donde ha impartido asignaturas relacionadas con la electrónica digital y los sensores de fibra óptica a estudiantes de grado y máster de diversas ingenierías.