Julian Bobe, responsable del área de tecnología de la empresa americana Tyton Biosciences (http://www.tytonbiofuels.com), ha visitado recientemente la UPNA para negociar la transferencia de tecnología desarrollada por el grupo de Agrobiotecnología Vegetal del Instituto de Agrobiotecnología (IdAB), formado por los investigadores Jon Veramendi, Inmaculada Farrán, Luis Larraya y Maria Ancín. En concreto, han trabajado en la modificación genética de plantas de tabaco, de manera que aumentan su producción de almidón y azúcares, lo que favorece el incremento en la producción de etanol.
Su trabajo, objeto de dos patentes (años 2008 y 2011), ha llamado la atención de la empresa americana Tyton, ubicada en el este de los EE.UU, que confía en aprovechar la experiencia en el cultivo de tabaco para dedicarlo a la obtención de biocombustibles.
Julian Bobe se reunió la semana pasada con los investigadores para conocer con más detalle el proceso de transferencia de tecnología en la que su empresa está interesada. Tras la firma de un Acuerdo de Transferencia de Material Biológico, los investigadores de la UPNA han suministrado a la empresa semillas de las variedades mejoradas con alto contenido en almidón para poder ser ensayadas en las condiciones de cultivo propias del estado de Virginia (EEUU), donde se localiza la empresa.
Las plantas modificadas puedan producir entre un 20 y un 40% más de etanol, lo que aumenta su viabilidad como materia prima para producir biocombustible. La empresa Tyton Biosciences ya dispone de una planta comercial para producir bioetanol, en la que utiliza maíz como materia prima. Su objetivo es poder dedicar parte de las instalaciones a la utilización de tabaco como materia prima para la producción de etanol.
El tabaco, cultivado en alta densidad y siendo cortado varias veces a lo largo del ciclo, puede llegar a producir 160 toneladas de materia fresca por hectárea y convertirse en una fuente de biomasa idónea para la producción de bioetanol. Según explica Jon Veramendi, responsable del grupo de investigación, “las plantas de tabaco como fuente de biomasa para producir bioetanol podrían ser una alternativa al cultivo tradicional de tabaco, que está en retroceso en EE.UU. y en Europa porque no pueden competir con países emergentes como China”.