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zoom Pablo Branchi.

Pablo Branchi.

Pablo Branchi, arquitecto especializado en la consultoría y estructuración de proyectos en el entorno urbano, ha desarrollado en su tesis doctoral dos herramientas metodológicas para poder evaluar cuánto de inteligente y sostenible es una ciudad. Su trabajo ha sido realizado en el marco del Instituto de Smart Cities de la UPNA y, según explica, “así como hay etiquetas conocidas sobre eficiencia energética para electrodomésticos o para edificios, las tecnologías también podrían disponer de una etiqueta que ayudara a identificar su eficiencia y eficacia a la hora de ser aplicadas en las ciudades”.

La tesis doctoral lleva por título “Ciudad y tecnología: metodología de estudio para ciudades inteligentes”. Ha sido dirigida por el catedrático Ignacio R. Matías Maestro y el profesor Carlos Fernández Valdivielso, investigadores del Instituto Smart City de la UPNA, y ha obtenido la calificación de Sobresaliente cum laude.

El trabajo de investigación parte de la falta de claridad a la hora de definir qué es realmente una smart city o ciudad inteligente. Por ello, el autor de la tesis analiza la relación histórica entre las ciudades y las tecnologías que les dan forma e intenta alcanzar una definición que sirva de base para el estudio de ciudades inteligentes. “He tratado de establecer una metodología de análisis para revisar los diferentes elementos que afectan a los entornos Smart city, tales como la movilidad, la eficiencia energética o la calidad de vida, siempre teniendo en cuenta la sostenibilidad social, económica y medioambiental”.

Además, señala que es el ciudadano quien tiene el poder de establecer esos nuevos escenarios, por lo que “es necesario concretar un sistema que ayude a definir y optimizar la forma en que las personas interactúan con estas nuevas ciudades hipertecnificadas”.

Herramientas válidas

El trabajo propone una herramienta metodológica denominada TAM (por sus siglas en inglés Technology Assessment Matrix). Se basa en indicadores y variables que, combinados entre sí, permiten contrastar, clasificar y calificar las diferentes tecnologías y sistemas de aplicación en entornos urbanos. De esta manera, el agente urbano encargado de seleccionar la mejor solución para ser aplicada en la ciudad, dispondrá de un instrumento que le permita compara los diferentes sistemas y elegir el que mejor se adapte a las necesidades de sus ciudadanos. Con una segunda herramienta, la Smart City Matrix (SCM), se puede posteriormente evaluar la combinación de los diferentes sistemas, tanto planificados como ya implementados, para obtener así el impacto global de la estrategia Smart City en el conjunto del entorno urbano. Asimismo, la SCM sirve para que los planificadores evalúen la mejor combinación de tecnologías y sistemas, así como para que los gestores urbanos puedan hacer un seguimiento de los indicadores, su evaluación y optimización.

Según explica Pablo Branchi, “esto nos ofrece la mejor manera de determinar cuánto de inteligente y sostenible es una ciudad y, además, nos sirve como un gran cuadro de mando para la gestión y selección de los sistemas óptimos. Por ello, son instrumentos útiles a la hora de diseñar nuevos desarrollos urbanísticos o de regenerar áreas urbanas ya existentes, así como para realizar ajustes y mejoras futuras para que las ciudades sean cada vez más eficientes”.

En el transcurso de la investigación, con el fin de probar las herramientas diseñadas, se analizaron gran cantidad de casos reales, tanto en el ámbito nacional como internacional, ya aplicados o en fase de desarrollo. “Pero sobre todo, a raíz del convenio firmado entre la Universidad Pública de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, tuvimos oportunidad de colaborar estrechamente y analizar más de treinta iniciativas Smart City planteadas en este municipio, así como con conjunto de su estrategia”.

Se estudiaron, entre otros, sistemas como  la App Tu Villavesa que brinda información sobre recorridos de autobuses urbanos, las áreas previstas para free wi-fi en las diferentes áreas de la ciudad, los nuevos sistemas de movilidad vertical ya instalados, el vehículo eléctrico compartido, los sistemas de recogida neumática de residuos o la iniciativa de bicicleta compartida denominada Pamplona nBici, todos ellos con muy buenas puntuaciones. Esta relación permitió también, gracias al activo papel de Pamplona en ella, acceder la Red Española de Ciudades Inteligentes para estudiar las iniciativas de sus ciudades y ver el interés que sus responsables podían tener en este tipo de instrumentos de calificación y evaluación.

La metodología propuesta para el análisis de sistemas (TAM) ha permitido obtener calificaciones objetivas y comparables para las diferentes tecnologías analizadas, independientemente de su naturaleza y complejidad, ya que esta metodología tiene la ventaja de valer tanto para grandes sistemas como para pequeñas aplicaciones informáticas. Del mismo modo, con la SCM (matriz de análisis de estrategias) “se ha podido demostrar que estas herramientas son útiles para la toma de decisiones, ya que permiten detectar qué sistemas van a tener un mayor impacto en el entorno urbano y en las personas que lo habitan, de modo que se facilita una mejor gestión de los recursos y se garantiza una mayor calidad de vida en las ciudades”.

Pablo Branchi es arquitecto por la Universidad de Morón (Argentina, 1999). Tras llegar a España cursó dos programas máster en Gestión empresarial y Gobierno Institucional (en el IESE y en la Universidad de Navarra). En su trayectoria profesional se ha especializado en el desarrollo de grandes proyectos en el entorno urbano, realizando consultorías tanto en Europa como en Latinoamérica en el ámbito de la construcción y desarrollo sostenible, regeneración urbana y Smart-Cities. Colabora habitualmente con el Máster de gestión ambiental de edificios de la Universidad de Navarra. Ha impartido conferencias en diversos países relacionadas con el desarrollo sostenible y las nuevas tecnologías.