El jurado del Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad Pública de Navarra ha decidido conceder el galardón de 2014 al fotógrafo y periodista Gervasio Sánchez Fernández por documentar, con su trabajo, “la cruel realidad de los conflictos bélicos más importantes de las últimas décadas del siglo XX y los comienzos del siglo XXI”. El premio está dotado con 36.000 euros.
El nombre de la persona galardonada se ha dado a conocer este miércoles, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, en un acto en el que han estado presentes Eloísa Ramírez Vaquero, vicerrectora de Proyección Universitaria de la Universidad Pública de Navarra; Joaquín Mencos Doussinague, presidente del jurado y vicepresidente de la Fundación Brunet, y Alejandro Torres Gutiérrez, secretario del jurado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pública de Navarra.
El jurado del Premio Internacional destaca en el fallo que el trabajo fotográfico de Gervasio Sánchez, realizado “con absoluta independencia de los poderes fácticos”, no sólo muestra “la crueldad del ser humano en la guerra”, sino que encierra “la denuncia de la violación de los derechos humanos de las víctimas de la sinrazón, y del negocio que esconde para los países fabricantes de armas”.
Además, el jurado pone de relieve que su tarea profesional, de tres décadas de duración, ha sabido reflejar “el dolor de las víctimas, a través de un estremecedor recorrido por la barbarie, invitándonos a la reflexión por su permanente denuncia y crítica, con una fe inquebrantable por dignificar a las víctimas, poniéndonos delante de la realidad de los conflictos armados, y suscitándonos la preocupación por el respeto de la dignidad de la persona y de los derechos humanos, el mismo espíritu idealista, inquieto y cosmopolita, que también inspiró el talante humano de Jaime Brunet”.
Fotógrafo de larga trayectoria
Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) se licenció en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona en 1984. Como periodista y reportero gráfico, ha cubierto la mayor parte de los conflictos bélicos de los últimos 30 años, por lo que ha sido testigo de quince guerras, como la del Golfo, las de la antigua Yugoslavia, además de otras muchas en América Latina (Nicaragua, El Salvador, Guatemala…), África (Ruanda, Sierra Leona…) y Asia. Sus crónicas pueden leerse en “El Heraldo de Aragón” y en “La Vanguardia”, aunque también colabora con otros medios (la Cadena SER, el servicio en español de la BBC, la revista “Tiempo”…).
Gervasio Sánchez, que reside en Zaragoza, ha publicado doce libros, que resumen sus reportajes gráficos sobre los conflictos bélicos y sus consecuencias. El primero se editó en 1994: “El cerco de Sarajevo”, un compendio de su trabajo en la sitiada capital bosnia entre junio de 1992 y marzo de 1994. Otros títulos destacados son “Vidas minadas” (1997), acerca del impacto de las minas antipersonas sobre las poblaciones civiles en los países más minados del mundo, entre ellos, Afganistán, Angola y Camboya; “Kosovo, crónica de la deportación” (1999); “Niños de la guerra” (2000); “La caravana de la muerte: las víctimas de Pinochet” (2001); “Los ojos de la guerra” (2001), en coautoría con el reportero Manuel Leguineche y que es un homenaje a Miguel Gil, corresponsal de guerra asesinado en Sierra Leona en 2000; “Sierra Leona: guerra y paz” (2005), en coautoría con el entonces misionero Chema Caballero (Premio Brunet 2006); o “Desaparecidos” (2011), sobre el proceso de desaparición forzosa de miles de personas en diez países de tres continentes.
La trayectoria profesional de Gervasio Sánchez ha recibido numerosos galardones. Así, destacan el Premio Nacional de Fotografía (2009), el Premio Internacional de Periodismo Rey de España (2009), el Premio Ortega y Gasset de Periodismo (2008), el Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado (2011) o el Premio de Periodismo Cirilo Rodríguez (1996). Además, es Hijo Adoptivo de Zaragoza (1998); ha recibido la Medalla de Oro de Santa Isabel de Portugal de la Diputación Provincial de Zaragoza (1998), y la Medalla al Mérito Profesional del Gobierno de Aragón (2004); y obtuvo el Premio de Andalucía de Cultura en 1995.
Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) nombró a Gervasio Sánchez en 1998 “Enviado Especial de la Unesco por la Paz”.
La Fundación y el Premio Jaime Brunet
La Fundación Jaime Brunet es una fundación cultural privada, de interés social y carácter permanente, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. La Fundación promociona actividades dirigidas a tal objeto y estudios relacionados con el respeto a dichos valores.
En concreto, y entre otras actividades, convoca el premio Jaime Brunet Romero con el fin de distinguir bien un trabajo científico; bien un trabajo literario o audiovisual; bien una trayectoria de una persona o institución que haya destacado en la promoción de los derechos humanos. En total, la fundación ha concedido desde 1998 quince Premios Internacionales Jaime Brunet, el último al Comité Internacional de la Cruz Roja.
Jaime Brunet Romero (Bayona, Francia, 1926-San Sebastián, Guipúzcoa, 1992) nació en una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial). Educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir, fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del Partido Republicano que llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo. Cursó sus estudios en la Universidad de Valladolid, en la que ejerció por un tiempo como profesor ayudante.
Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.
En los últimos años de su vida, su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano (también ante los abusos de la Administración pública) se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decidió legar su fortuna para crear, a su fallecimiento, la fundación que, con su nombre, se dedicara a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes, por su trabajo en defensa de ellos, se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se creó la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.