De izquierda a derecha, la vicerrectora Eloísa Ramírez, el catedrático Antonio Pérez Prados, el rector Julio Lafuente y Ricardo Goñi Leránoz, de Caja Rural.
Todos los aparatos expuestos –algunos son réplicas, otros originales- proceden de la colección particular de un profesor, que ha sido cedida a la universidad. La exposición, que puede visitarse ya y estará abierta al público hasta el próximo mes de febrero, cuenta con financiación procedente de Caja Rural de Navarra y de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), del Ministerio de Economía y Competitividad.
En la inauguración estuvieron presentes, entre otros, el rector de la Universidad Pública de Navarra, Julio Lafuente López, la vicerrectora de Proyección Universitaria, Eloísa Ramírez Vaquero, el director de Relaciones Institucionales de Caja Rural de Navarra, Ricardo Goñi Leránoz y Antonio Pérez Prados, catedrático de la UPNA.
Dispuestos en vitrinas a lo largo del vestíbulo del edificio El Sario, aparatos de distintas épocas históricas confirman que el cálculo es una necesidad inherente a la naturaleza humana, y que desde la más remota Antigüedad, cuando el hombre constató la insuficiencia de sus dedos para realizar operaciones complejas, éste ha ido desarrollando un sinfín de instrumentos destinados a tal objetivo. Así, a lo largo de milenios, los ábacos dieron paso a las primeras calculadoras manuales y éstas a las mecánicas, hasta llegar en el último siglo a las calculadoras electrónicas y a los ordenadores.
Cartelas y paneles ilustrativos permiten al visitante ahondar, de forma complementaria, en el conocimiento de estos instrumentos, de su historia, funcionamiento y evolución. En las vitrinas pueden contemplarse ábacos chinos, japoneses, rusos... ábacos neperianos y mecanismos derivados, reglas de cálculo, libros de cálculo, calculadoras mecánicas de sobremesa, calculadoras educativas, sumadoras para contabilidad, o ejemplos de los primeros aparatos electrónicos.
La muestra incluye desde la réplica de un ábaco romano portátil del siglo III hasta el Macintosh Plus de 1986, pasando por una reproducción de la calculadora mecánica de Schickard (1623), que es anterior a la “pascalina”, la que tradicionalmente se ha considerado como el primer dispositivo mecánico de cálculo, que fue concebida en 1642 por el matemático francés y filósofo precoz Blaise Pascal (1623-1662) con tan solo 19 años.