El artista y escritor madrileño Eduardo Arroyo hablará los próximos días 24 y 25 de enero en el Museo de Navarra sobre su experiencia creadora en un ciclo organizado por la Cátedra Jorge Oteiza de la Universidad Pública de Navarra. Las sesiones se inscriben dentro del ciclo “Perspectivas transversales”, que busca explorar, a través de diferentes autores contemporáneos, las causas y los resultados por los que una misma personalidad creadora transita a través de prácticas o géneros diferentes.
El ciclo lleva por título “Mano a mano” y tendrá lugar en dos sesiones programadas a las 19 horas en el Salón de Actos del Museo de Navarra. La primera de ellas tendrá lugar el martes, 24 de enero, y llevará por título “Las Artes”. La segunda se desarrollará al día siguiente, también a las 19 horas, y lleva por nombre “Las Letras”. La entrada es gratuita hasta completar el aforo.
Periodista que se marchó en 1958 a París para hacerse escritor, Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) ha terminado por acreditar esta vocación primera, pues, a la postre, ha publicado una decena de libros sobre los temas mas diversos, un sinfín de artículos, algunos manifiestos y una obra de teatro, “Bantam”, estrenada en el Residenztheater de Múnich bajo la dirección de Klaus Michael Grüber.
Esta vasta producción literaria tuvo, en todo caso, el mérito añadido de haberse producido mientras llevaba a cabo su primordial vocación, la de artista plástico, en la que fraguó una carrera internacional en la que no se limitó solo a ser pintor, sino dibujante, grabador, escultor y escenógrafo. Convertido, desde 1964, en uno de los miembros mas destacados de la Nouvelle Figuration, Arroyo ha expuesto su obra en París, Milán, Roma, Venecia, Madrid, Nueva York, Berlín, Múnich y otras muchas grandes ciudades de todo el mundo.
Arroyo fue un exiliado político del franquismo que no pudo regresar a España hasta bien adentrada la transición, lo que significó que su obra solo pudo ser vista con normalidad en España a partir de 1980. En el transcurso de su dilatada trayectoria, ha recibido un buen número de distinciones, entres las que se puede destacar el Premio Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, en 1982, o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en el 2000. También fue nombrado en 1983 Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia.