

Javier Fernández-Montalvo posa con Tami Sullivan, directora del grupo de investigación Family Violence Research (Investigación sobre Violencia Familiar) de la Universidad de Yale.
Javier Fernández-Montalvo, profesor titular de Psicopatología del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha expuesto en la Universidad de Yale (Estados Unidos) los principales resultados de las investigaciones sobre adicciones y violencia del grupo que dirige, llamado Psicología Clínica y Psicopatología. Así, en torno al 40% de los pacientes que acuden en busca de tratamiento por un problema de adicción han sufrido previamente a lo largo de su vida algún episodio violento o traumático, principalmente, en forma de agresión psicológica, física o sexual. Esta tasa es muy superior a la estimada en la población general (en torno al 25%) y repercute directamente en la intervención clínica con estas personas.
El investigador de la UPNA acudió a la Universidad de Yale invitado por Tami Sullivan, directora de uno de los grupos de investigación de mayor prestigio en el ámbito de los estudios sobre la violencia: el denominado Family Violence Research (Investigación sobre Violencia Familiar) del Departamento de Psiquiatría de dicha institución norteamericana. Se trata de un grupo pionero en el estudio de las relaciones entre las conductas violentas y las adicciones y, en la actualidad, constituye un referente internacional en este campo.
Javier Fernández-Montalvo pronunció la conferencia titulada “Addictions and violence: clinical implications” (“Adicciones y violencia: implicaciones clínicas”) a un nutrido grupo de investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Yale. En su disertación, hizo un repaso al conocimiento existente sobre la relación entre las adicciones y la violencia y resumió los principales resultados obtenidos hasta la fecha por el grupo de investigación que dirige en la Universidad Pública de Navarra.
“Los resultados de nuestras investigaciones muestran que la presencia conjunta de un problema de violencia, bien como agresor, bien como víctima, en un paciente que está recibiendo tratamiento por una adicción, principalmente, por adicción al alcohol o a la cocaína, complica el tratamiento y constituye un factor de riesgo de fracaso terapéutico —explicó en la Universidad de Yale—. En concreto, hay una mayor probabilidad de abandono del tratamiento y, en caso de terminarlo, de sufrir una recaída en su adicción”.
Pérdidas de control con sustancias
Respecto al citado 40% de pacientes que acuden en busca de tratamiento por un problema de adicción y han sufrido previamente algún episodio violento o traumático, se trata de personas que “no han sabido superar las consecuencias psicológicas que esas agresiones han generado y, años más tarde, acuden a consulta con un problema de pérdida de control con alguna sustancia, ya sea el alcohol, la cocaína o la automedicación”. “Además, estos pacientes con historias traumáticas presentan una mayor gravedad de consumo y una mayor cantidad de problemas asociados a su adicción a las drogas —señaló Javier Fernández-Montalvo en la Universidad de Yale—. En todos los estudios que hemos llevado a cabo, los resultados son coincidentes: entre los pacientes adictos, la tasa de historias traumáticas a lo largo de la vida es muy superior en mujeres que en hombres. Estos datos son alarmantes, ya que si no se tiene en cuenta este problema y no se trata adecuadamente durante el proceso terapéutico con los pacientes, la probabilidad de fracaso, bien en forma de abandono temprano o bien de recaída, aumenta considerablemente”.