Un grupo de investigadores del Instituto en Materiales Avanzados y Matemáticas (INAMAT²) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha desarrollado una nanoplataforma que permitiría la liberación regulada de fármacos, desde fuera del cuerpo del paciente, mediante campos electromagnéticos, lo que haría posible una terapia controlada. Los autores de esta investigación, recientemente publicada en la revista científica Langmuir, son Lucia García —que realizó gran parte del trabajo y fue contratada gracias a las "ayudas para la contratación de personal investigador y tecnológico" del Gobierno de Navarra—, Eneko Garaio, Alberto López Ortega, Itziar Galarreta Rodríguez, Laura Cervera Gabalda, Guillermo Cruz Quesada, Alfonso Cornejo, Julián J. Garrido, Cristina Gómez Polo e Iñaki Pérez Landazábal.
De izquierda a derecha, parte del equipo autor del trabajo: Julián Garrido, Laura Cervera-Gavalda, Guillermo Cruz-Quesada, Alfonso Cornejo, Iñaki Pérez-Landazábal, Alberto López-Ortega, Itziar Galarreta- Rodríguez y Eneko Garaio.
La nanoplataforma está formada por un núcleo de óxido de hierro y una cubierta de sílice mesoporosa (con poros de entre 2 y 5 nanómetros de tamaño) con alta magnetización. El sistema ha sido testado con ibuprofeno como fármaco modelo. La estructura mesoporosa permite la absorción controlada de la molécula de ibuprofeno, mientras que un campo magnético de corriente alterna externo favorece el proceso de liberación del fármaco a temperaturas moderadas. Además, este campo magnético induce “una liberación controlada muy por encima de la obtenida por un aumento de temperatura ordinario logrado por fuentes de calor naturales, como sería la propia del cuerpo humano”.
Tal y como se indica en este trabajo, “el área de superficie de la estructura porosa muestra una alta capacidad de carga de moléculas y se puede lograr una eficiencia de liberación controlada del fármaco del 67 % utilizando el campo magnético de corriente alterna externo durante períodos cortos de 5 minutos, que muestra una liberación de fármacos más rápida y más alta en comparación con la de nanoportadores basados en óxido de hierro que responden a estímulos similares”.
Según señala Iñaki Pérez-Landazabal, catedrático de Física de la Materia Condensada y uno de los coautores del trabajo, la misma nanoplataforma “podría ser útil, por ejemplo, en tratamientos de hipertermia localizada para tumores; podría usarse simultáneamente como agente de contraste para imágenes de resonancia magnética o como trazador para otra nueva tecnología que actualmente está en fase de desarrollo (técnica de imágenes de partículas magnéticas, MPI), aunque esta parte de diagnóstico no está optimizada y requeriría de más desarrollo e investigación”.