Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra están trabajando en el posible uso de vacunas convencionales, principalmente en personal sanitario, para reactivar su sistema inmunitario ante un posible ataque del coronavirus. Según explica Miguel Ángel Barajas Vélez, profesor titular de Bioquímica y Biología Molecular del Departamento de Ciencias de la Salud, “nuestra idea es poder vacunar al personal sanitario para que no se contagie del virus, ya que al activar su respuesta inmunitaria podría responder de manera más adecuada a una posible infección por coronavirus”.
Su planteamiento consiste en utilizar una vacuna convencional, preferiblemente vacunas bacterianas, no específica para el coronavirus, que permita activar el sistema inmunológico de las personas de manera preventiva. “Cuando nos ponemos una vacuna —indica el profesor Barajas— propiciamos que nuestro organismo active una serie de células (tales como células presentadoras de antígeno) que reconozcan partes del patógeno y, cuando se encuentren con él, puedan reaccionar para combatirlo. En ese proceso, nuestro sistema inmunitario genera un ambiente que es muy propicio para desarrollar una respuesta inmunitaria correcta. Sin embargo, la infección por coronavirus hace que nuestro sistema inmunitario hiperreaccione generando una respuesta exagerada, puesto que el virus posee una velocidad de replicación superior a la velocidad a la que se activa la respuesta inmunitaria contra él”.
En ese contexto, estos investigadores creen que “es una cuestión de “timing”, de cuándo y con qué amplitud ocurren los eventos que tienen lugar durante el desarrollo de la respuesta inmunitaria frente al coronavirus. Así pues, nuestra idea es: ¿por qué no utilizar ese proceso que ocurre durante el proceso de vacunación convencional para combatir el coronavirus hasta que la vacuna específica para este sea una realidad?”.
El equipo está liderado por el profesor Miguel Barajas y Alfredo Resano (médico alergólogo de la Clínica San Miguel y profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Salud de la UPNA), con quienes colabora el inmunólogo Eduardo Huarte (investigador en USA).
Respecto al calendario de trabajo programado, la idea es poder llevar a cabo un ensayo clínico en el que se prueben la efectividad de estas vacunas lo antes posible.
Administración por vía oronasal
Los investigadores plantean la aplicación de vacunas que ya estén en el mercado, con las que se trabaja desde hace muchos años, y que se administren por vía oronasal, ya que ésta es una de las principales vías de entrada del virus. “De este modo, activaríamos de manera local el sistema inmunitario, en el primer lugar donde el virus va a infectar. Nuestra hipótesis es que las células responsables de estimular el sistema inmunitario ya estarían activadas y sería más fácil atacar al virus en esa primera fase, antes de que se replicara en concentraciones elevadas”.
En ese sentido, si su idea funcionara, el primer grupo que podría ser vacunado con este sistema sería el personal sanitario, que es quien está más expuesto al contagio. No oculta el profesor Barajas que hay pacientes donde la enfermedad está ya en una situación avanzada y no serían susceptibles de ser tratados porque ya se han enfrentado a este proceso y en muchos casos están sufriendo un proceso denominado “tormenta de citoquinas”, lo que supone un punto de no retorno en el desarrollo de una respuesta inmunitaria efectiva contra el coronavirus. Sin embargo, “hay muchos pacientes que son asintomáticos y también personas que no han estado en contacto con el virus o se encuentran en estadios muy tempranos, y este tratamiento podría ser una solución para frenar la expansión del virus”. En estos pacientes se podría instruir, gracias a las vacunas, cómo desarrollar una respuesta inmunitaria adecuada.