Investigadoras del Departamento de Ciencias de la Salud de la UPNA implicadas en el proyecto piloto. De izq. a dcha.: María Medrano Echeverría, Idoia Labayen Goñi, Alicia Alonso Martínez, Lide Arenaza Etxeberria y Maddi Osés Recalde.
Investigadores del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), liderados por Idoia Labayen Goñi, han iniciado un proyecto piloto en dos centros escolares de la Comarca de Pamplona para prevenir la obesidad y la patología cardiovascular en estudiantes de 4.º curso de Educación Primaria (9 y 10 años). Esta iniciativa busca examinar si un programa de intervención escolar que combina ejercicio físico interválico de alta intensidad y educación nutricional es capaz de mejorar la salud en las niñas y los niños de esas edades del Colegio Público San Miguel de Noáin y de la Ikastola San Fermín de Cizur Menor
Los investigadores de la UPNA participantes en este proyecto piloto son especialistas en nutrición y actividad física. Se trata de Idoia Labayen Goñi, Mikel Izquierdo Redín, Alicia Alonso Martínez, Lide Arenaza Etxeberria, María Medrano Echeverría y Maddi Osés Recalde.
“Durante este proyecto, se dará formación a los profesores de educación física, tutores, nutricionistas y enfermeras de los dos centros educativos para que puedan participar y colaborar de forma activa —señala Idoia Labayen—. Además, se ofrecerán charlas a los padres y tutores de las niñas y los niños participantes relacionadas con hábitos dietéticos y estilos de vida saludables”.
Enfermedad cardiovascular desde la infancia
El sobrepeso y la obesidad en la infancia, la baja condición física y la presión arterial elevada se asocian con un mayor riesgo de padecer algunas enfermedades crónicas en la edad adulta, como enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, “el origen de estas complicaciones se encuentra en las primeras etapas de la vida y algunas de las lesiones que causan la enfermedad cardiovascular están presentes ya en la infancia”, apunta la directora de este proyecto piloto.
“En nuestros días, hay suficiente evidencia científica que permite afirmar que la práctica de ejercicio físico tiene beneficios sobre la salud y la longevidad —explica Idoia Labayen—. En particular, un tipo determinado de ejercicio que se conoce como ejercicio físico interválico de alta intensidad o, por sus siglas en inglés, HIIT —‘high intensity interval training’— parece ser más eficaz que otras modalidades en la mejora de la salud cardiovascular. El HIIT consiste en alternar periodos cortos, de entre 30 segundos y 2-4 minutos, de ejercicio de alta intensidad, con más del 76% de la frecuencia cardiaca máxima, con etapas de descanso, y permite lograr efectos beneficiosos sobre la salud en sesiones de menor duración”.
Además, los hábitos dietéticos se instauran en la infancia, por lo que “son muy difíciles de modificar en la edad adulta”. “La escuela es un lugar ideal para promover la actividad física y los hábitos dietéticos saludables. En este sentido, la implementación del ejercicio físico interválico de alta intensidad en las sesiones de educación física escolar y la participación en talleres y actividades diseñadas para el aprendizaje de hábitos dietéticos saludables podría ser una alternativa eficaz para mejorar la salud cardiovascular de los escolares”, concluye Idoia Labayen.