Mikel Izquierdo Redín, catedrático de Fisioterapia de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha participado como ponente invitado, junto a otros cinco expertos internacionales, en una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra (Suiza) sobre la fragilidad en las personas mayores dentro de la estrategia de este organismo de las Naciones Unidas sobre “Envejecimiento saludable”. En el encuentro, el investigador de la institución navarra ha defendido la prescripción de ejercicio físico en quienes tienen 70 años o más mediante un programa de entrenamiento que combine fuerza, equilibrio y marcha como manera eficaz de aumentar la capacidad funcional de este grupo de la población y así posponer la discapacidad y la enfermedad.
“En el actual marco de envejecimiento de la población, el verdadero reto es mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece —ha afirmado Mikel Izquierdo, que imparte docencia en el campus de la UPNA en Tudela—. En este contexto, la salud de las personas mayores se debe medir en términos de función y no de enfermedad, pues es aquella la que determina la expectativa de vida, su calidad y los recursos o apoyos que precisará. En las últimas décadas, se ha observado un progresivo aumento de la discapacidad y la dependencia que no depende exclusivamente del cambio en la pirámide poblacional, sino también de otros factores que son modificables y, por tanto, sujetos a intervención”.
Tal es el caso de la inactividad, que es el principal factor de riesgo en la fragilidad. “Prevenir la discapacidad actuando sobre la fragilidad es posible, dado que esta última se puede detectar y es susceptible de intervención”, ha indicado.
Mejora de la función como objetivo prioritario
Mikel Izquierdo ha señalado ante la Organización Mundial de la Salud que la actividad física ha demostrado “su eficacia en retrasar e, incluso, revertir la fragilidad y la discapacidad”. “También tienen demostrada eficacia en mejorar el estado cognitivo y fomentar el bienestar emocional —ha señalado—. Los programas de ejercicio físico multicomponente, que incluyen actividades para el desarrollo de la fuerza muscular, la resistencia cardiovascular, la movilidad articular y el equilibrio, constituyen las intervenciones más eficaces para retrasar la discapacidad y otros eventos adversos. Asimismo, han demostrado su utilidad en otros elementos frecuentemente asociados a este síndrome de fragilidad como las caídas, el deterioro cognitivo y la depresión”.
La invitación de la OMS a Mikel Izquierdo obedece a que el catedrático de la UPNA coordina el proyecto europeo VIVIfrail, cuyo objeto es promocionar, en las personas mayores de 70 años, el ejercicio físico para la prevención de las caídas y de la fragilidad. Esta iniciativa, que reúne a socios de cinco países europeos (Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido), se enmarca en la Estrategia de Promoción de la Salud y Calidad de Vida en la Unión Europea.