Sergio García Magariño ha analizado en su tesis doctoral los desafíos del sistema de seguridad colectiva de la ONU que, según explica, “lleva implícito una contradicción paralizante porque se constituye en un momento en que la fe en los ideales de la ilustración, de los que se nutre, se habían desvanecido tras dos guerras mundiales. Esto hace que su configuración tenga un sesgo y que los intereses nacionales jueguen un papel mayor que el que quizá les correspondiera”.
La tesis doctoral de Sergio García, “Desafíos del sistema de seguridad colectiva de la ONU. Análisis sociológico de su efectividad ante las amenazas globales”, ha sido dirigida por Marta Rodríguez Fouz, del Departamento de Sociología de la UPNA, e Ignacio Aymerich Ojea, de la Universidad Jaume I de Castellón, y ha obtenido la máxima calificación, Sobresaliente cum laude, con mención internacional.
Su investigación ha tenido en cuenta la evolución de la noción de seguridad colectiva y del sistema de seguridad colectiva; sus dificultades estructurales y conceptuales; y su efectividad en diversos casos. Así, ha analizado las resoluciones del Consejo de Seguridad ante los mayores casos de violencia política de la segunda mitad del siglo XX, con el fin de encontrar casos similares conectados con una de las siete categorías de amenazas colectivas tipificadas por la ONU, la responsabilidad de proteger y utilizar las resoluciones del Consejo como indicador de la atención prestada. “Hemos observado que con el paso de los años se dictan más resoluciones porque se es más consciente del principio de la responsabilidad de proteger. En concreto, de los 18 casos estudiados, en 11 no se emitió resolución alguna, en 4, muchas y en 3, pocas. También se constata que cuando hay más estados implicados se presta más atención”.
El autor hace especial incidencia en el caso palestino israelí y en el terrorismo de Al-Qaeda. Respecto a este último, señala que “pone de relieve tres elementos: la poca efectividad del sistema ante fenómenos globales con gran necesidad de coordinación internacional y de supeditar intereses nacionales a los colectivos; además, es un ejemplo de que la utilización indiscriminada de diferentes principios ante casos similares puede generar mayores amenazas; y, por último, la forma en que se aborda hace que el sistema pierda legitimidad”. En este caso en concreto se analiza cómo surgió Al-Qaeda y sus características globales; se explora el discurso de legitimación de la violencia de Bin Laden y el discurso de legitimación por parte de EE.UU. de la operación para arrestar a Bin Laden en Pakistán; y se exploran las dificultades entre el discurso y la práctica “y cómo esto reduce la legitimidad del sistema de seguridad colectiva por un lado y genera mayor inestabilidad geopolítica por otro”.
Otros casos estudiados en esta tesis han sido las guerras de Iraq y de Afganistán, y algunos episodios relacionados con la denominada primavera árabe: Omán, Bahrein, Irán, Túnez y, principalmente, Siria y Libia. Todos estos casos incorporaban alguna faceta del sistema de seguridad colectiva de la ONU, como armas de destrucción masiva, terrorismo internacional, intervenciones armadas, guerras, terrorismo internacional, etc.
Principales conclusiones
Entre las conclusiones de su trabajo de investigación, Sergio García señala que “hay serios problemas estructurales y conceptuales que reducen significativamente la efectividad del sistema de seguridad colectiva”; que se está produciendo un desprestigio del discurso de la seguridad colectiva “por su uso ideológico; y que los esfuerzos por establecer un sistema internacional de seguridad colectiva podrían verse como un germen de una autoridad mundial en proceso”.
Asimismo, considera que la cristalización de un sistema de seguridad colectiva efectivo “podría ser un hito en la pacificación de la humanidad, tal como lo fueron en su día los tratados de Westfalia. Actualmente, nos encontramos en una situación a caballo entre esos tratados y el sistema de seguridad colectiva, entre el antiguo sistema del equilibrio de poderes donde la guerra era un elemento común de la política y un sistema de seguridad colectiva donde se regula y limita a casos extremos el uso de la guerra”.
Sergio García es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por el IVEF de Vitoria (2001). Realizó un posgrado en Educación y Desarrollo social (Centro Universitario de Bienestar Rural, Colombia) y cursó el doctorado en el Departamento de Sociología de la UPNA. Entre 2001 y 2007 vivió en varios países latinoamericanos, principalmente en Colombia y Honduras, donde colaboró con distintas organizaciones en proyectos de educación y desarrollo. De regreso a España realizó el doctorado y ha trabajado intercalando su faceta de preparador físico con la de investigador. En la actualidad colabora con la Universidad Jaume I y con el Instituto de Gobernanza Democrática, dirigido por Daniel Innerarity, en el desarrollo de un indicador de efectividad de derechos humanos.