Uno de los aspectos más importantes —y también uno de los más desconocidos— de la presentación formal de un trabajo académico es el sistema de citas y referencias.

Referencia bibliográfica: Son los datos esenciales para identificar inequívocamente un documento. Se suelen presentar en forma de lista al final del texto del trabajo.

Ejemplo:

Mukherjee, B. (2009). The hyperlinking pattern of open-access journals in library and information science: A cited citing reference study. Library & Information Science Research, 31 (2), 113-125.

Cita: Una cita es una forma abreviada de referencia, inserta en el texto del trabajo, que sirve para identificar la fuente de la que fue tomado el dato, la idea, la teoría, etc. La cita debe tener su correspondiente referencia en la bibliografía.

Ejemplo:

(Mukherjee, 2009)

Bibliografía: Es la lista de referencias que se incluye al final del texto del trabajo. Debe reflejar, al menos, las citas que se han incluido en el texto.

Ejemplo:

Bibliografía

Cobo, M. et al. (2010). Science mapping software tools: Review, analysis, and cooperative study among tools. Journal of the American Society for Information Science and Technology, 62(7), 1382-1402.

Hull, D., Pettifer, S.R. y Kell, D.B. (2008). Defrosting the digital library: bibliographic tools for the next generation web. PLoS Computational Biology, 4(10), 1–14.

Mukherjee, B. (2009). The hyperlinking pattern of open-access journals in library and information science: A cited citing reference study. Library & Information Science Research, 31(2), 113-125.

Por qué citar:

• Reconocer el trabajo de otros
• Reforzar los argumentos propios
• Otorga credibilidad al trabajo propio
• Cubrirse las espaldas ante posibles fallos o inexactitudes
• Demostrar que se conoce la literatura sobre el tema
• Se facilita que el que lea el trabajo compruebe por sí mismo lo citado
• Se evita el plagio, haciendo un uso correcto y ético de la información

Cuándo se debe citar:

Debemos citar y referenciar siempre que se tome una idea, una teoría, un dato o una explicación de una fuente de información ajena. Tanto si se copia literalmente un párrafo, como si se utiliza una paráfrasis, o se emplea una idea, una teoría o un dato que no sea propio, se debe presentar citando la fuente de donde ha sido tomado.

Cuándo no se debe citar:

1. Cuando la información que se incluye en un trabajo propio procede de las propias ideas, conclusiones o experiencias
2. Cuando la información procede del conocimiento común y es algo asumido y conocido por todos

Cómo citar:

Se puede consultar la Guía para citar y referenciar en formato APA (7ª ed), la Guía para citar y referenciar en formato IEEE o la Guía para citar y referenciar en formato Vancouver, elaboradas por la Biblioteca de la Universidad Pública de Navarra. No es algo para memorizar; se puede imprimir y usar como referencia cuando se tengan que hacer citas y referencias.

Estilos o normas de citación

Hay muchos estilos o normas diferentes de cita y referencia. Algunos proceden de una institución internacional que elabora un modelo de cita y referencia para las publicaciones en un determinado campo, como el estilo Vancouver, que se utiliza en publicaciones de medicina y biomedicina, el estilo APA (American Psychological Association), utilizado en psicología, ciencias sociales y humanidades, o el estilo MLA (Modern Language Association), utilizado en lingüística y filología.

Otros estilos muy conocidos y utilizados proceden de la normativa elaborada por prestigiosas universidades para uso de sus alumnos y profesores (aunque pueden ser utilizados por cualquiera ajeno a la universidad); por ejemplo, el estilo Chicago y el estilo Harvard.

También existe la norma española UNE ISO 690:2013, que marca unas pautas para la cita y referencia de documentos impresos y electrónicos.

Las revistas científicas suelen imponer a los autores que publican en ellas un determinado estilo de cita, de obligado cumplimiento para quien quiera publicar, que puede ser uno de los citados anteriormente o un estilo propio de la revista.

En general, los estilos no varían mucho unos de otros, sólo en detalles como si el nombre del autor se pone en mayúsculas y el título de la obra en cursiva, si se pone el nombre propio completo o las iniciales, etc.

En realidad, ser coherente es más importante que el estilo que se use en las nuestras citas y referencias. Lo importante es realizar citas y redactar referencias siempre de la misma manera o siguiendo el mismo estilo.

A no ser que se reciban instrucciones de la revista en la cual vamos a publicar o del profesor que dirige el trabajo, en el sentido de usar un determinado estilo o realizar citas y referencias de una determinada manera, lo más importante es la coherencia.

Citas bibliográficas y notas a pie de página

Aunque todavía se siguen usando las notas a pie de página para señalar las citas y referencias bibliográficas, e incluso algunas normas y estilos lo permiten, se debería descartar y usar modelos más modernos y contrastado de cita y referencia.

Las referencias abreviadas que se usan como nota a pie de página, y los ibídem (abreviado ib. o ibíd.) u opere citato (abreviado op. cit.) que remiten a una cita anterior, solo consiguen hacer extremadamente farragoso el trabajo del lector que quiere localizar una cita.

En realidad, una nota a pie de página es una interpolación que no se quiere introducir en el texto y por eso se explicita a pie de página, para quien quiera leerla, haciendo una llamada por medio de un número, un asterisco u otros métodos. Es algo distinto del sistema de citas y referencias, y como tal debería ser considerado.

En todo caso, si como nota a pie de página incluimos una cita bibliográfica, la referencia completa debería ser incluida en la bibliografía final.

Los siguientes ejemplos presentan algunas citas incluidas en un texto. Pulsando en "Nuestro comentario" se ofrecen indicaciones sobre su corrección y oportunidad.

Ejemplo 1
Cristóbal Colón llegó a América por primera vez en 1492 (Fierro 2007)	Está mal. No es necesario citar la fuente de donde se han obtenido los datos, porque estos son sobradamente conocidos y asumidos.
Ejemplo 2
El cloruro de sodio o cloruro sódico, popularmente denominado sal común, sal de mesa, o en su forma mineral halita, es un compuesto químico con la fórmula NaCl. El cloruro de sodio es una de las sales responsable de la salinidad  del océano y del fluido extracelular de muchos organismos. También es el mayor componente de la sal comestible, es comúnmente usada como condimento y conservante  de comida (Wikipedia 2008).	Está mal. Al ser un texto copiado literalmente, se debe citar la procedencia, pero al ser una cita literal, se debe entrecomillar para manifestarlo. De todas formas, el uso de la copia literal de párrafos enteros debería estar justificado, por ejemplo para citar palabras textuales de un personaje o autoridad en la materia. En este caso concreto, no parece justificada la cita literal: son datos sobradamente conocidos, y bastaría con parafrasearlos con nuestras propias palabras, sin realizar ningún tipo de cita.
Ejemplo 3
Una vez realizado el experimento, procedimos a la comprobación de resultados, que arrojó unos datos favorables en el 95% de los casos. El 5% restante puede ser achacado a errores de medición o a una toma defectuosa de los datos.	Está bien. Se supone que es un experimento que está realizando el autor y, lógicamente, no puede ni necesita citar ninguna fuente.
Ejemplo 4
Según Luzón y Coín (1986), los antiguos navegantes del Mediterráneo, desde alrededor del segundo milenio a.C., utilizaban la suelta de aves para orientarse en alta mar cuando habían perdido el rumbo.	Está bien. Es una cita correcta de una información que se toma de un artículo de los autores citados. No se necesita entrecomillar, puesto que se expresa palabras propias.