Monseñor José Luis Azcona Hermoso, agustino recoleto navarro y obispo emérito de Marajó (Brasil), ha recibido el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) 2021. Tal y como se recoge en el fallo, el jurado ha premiado “su lucha incansable por la promoción y defensa de los derechos humanos en Brasil” y, muy en particular, “su firme actitud contra la explotación sexual y trata de menores y mujeres en este país desde 1985, en la diócesis de Marajó, de la que ha sido obispo durante casi tres décadas, de 1987 a 2016”. Tal y como remarca el fallo, debido a su defensa de los derechos humanos, el premiado ha sido amenazado de muerte por las mafias locales.
El nombre del premiado se ha dado a conocer este jueves, 9 de diciembre, víspera del Día Internacional de los Derechos Humanos, en un acto en el que han estado presentes Joaquín Mencos Doussinague, presidente del jurado y vicepresidente de la Fundación Brunet, y Alejandro Torres Gutiérrez, secretario del jurado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pública de Navarra. El premio está dotado con 36.000 euros, que el galardonado destinaría a distintos programas de apoyo y protección de víctimas de trata llevados a cabo por la Fundación Ágape da Cruz, la Comisión Justicia y Paz y el Instituto de Derechos Humanos Dom José Luis Azcona.
El jurado del premio destaca también en su fallo que la figura del premiado “es reconocida y admirada en la Amazonía oriental (Estado de Pará), tanto por las comunidades locales como por las autoridades judiciales del Estado”. Y añade: “la lucha del obispo se ha dirigido también contra la destrucción del medio ambiente y la sobreexplotación de los recursos naturales y la pesca en la región”.
Monseñor José Luis Azcona
José Luis Azcona (Pamplona, 1940) ha desarrollado su carrera en favor de los derechos humanos en Brasil, a excepción de un corto periodo de tiempo en Alemania (1966-1970), en el que trabajó como capellán de inmigrantes españoles. Tal y como se recoge en el texto de su candidatura, presentada por ARCORES (Red Solidaria Internacional Agustino Recoleta), su artículos en la prensa local, a través de los cuales defendía a estos trabajadores y trabajadoras, causaron polémica e hicieron que algunos empresarios pidiesen a sus superiores que no se le permitiera opinar de estas cuestiones.
Desde el año 1985 hasta la actualidad, Monseñor José Luis Azcona trabaja en Brasil, donde se ha convertido “en un referente de la lucha en favor de los derechos humanos, sobre todo en una región que cuenta con los índices de desarrollo humano más bajos de todo el país”, se indica en el texto. Según las palabras del premiado recogidas en la mencionada candidatura, “la trata de personas está estrechamente relacionada con otras tres actividades ilícitas: tráfico de armas, tráfico de drogas y explotación sexual de menores”. Y todo ello, según ha denunciado en numerosas ocasiones, con la connivencia del poder político y empresarial. En 2009, tras años de este tipo de denuncias, impulsó la Comisión de Investigación en el Parlamento del Estado de Pará sobre la violencia y abuso sexual contra los niñas, niños y adolescentes en dicho Estado y, especialmente, en Marajó. En ella, informó de la implicación de políticos y empresarios en la captación de menores, que eran, en ocasiones, abordados en las escuelas y en las calles, a plena luz del día.
La Fundación y el Premio Jaime Brunet
La Fundación Jaime Brunet es una fundación cultural privada, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. Entre otras actividades, convoca el premio Jaime Brunet Romero con el fin de distinguir un trabajo científico, literario o audiovisual o la trayectoria de una persona o institución que haya destacado en la promoción de los derechos humanos. En total, la fundación ha concedido desde 1998 veinte Premios Internacionales Jaime Brunet; el último, en 2017, a la Fundación Vicente Ferrer.
Jaime Brunet Romero (Bayona, Francia, 1926-San Sebastián, Guipúzcoa, 1992) nació en una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial). Educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir, fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del Partido Republicano y que llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo. Cursó sus estudios en la Universidad de Valladolid, en la que ejerció como profesor ayudante.
Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.
En los últimos años de su vida, su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decidió legar su fortuna para crear, a su fallecimiento, la fundación que, con su nombre, se dedicara a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes, por su trabajo en defensa de ellos, se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se creó la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.