Más de medio centenar de personas refugiadas están tomando parte este curso en distintas acciones formativas en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) gracias al proyecto “Historias refugiadas: el compromiso de la Universidad”, un proyecto de la institución educativa, realizado a través de su Vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación, que ha obtenido financiación en la última edición de “Innovasocial”. Se trata, este último, de un programa promovido por Fundación Caja Navarra y Fundación Bancaria laCaixa que está orientado a fortalecer el tejido social navarro impulsando su crecimiento, innovación, eficiencia y productividad en beneficio del desarrollo social y económico de la Comunidad Foral.
Con el proyecto “Historias refugiadas” y a través de distintas acciones, “la UPNA, como institución de educación superior, pretende contribuir a la inclusión de las personas solicitantes o beneficiarias de protección internacional y migrantes que viven en Navarra, y dar a conocer la realidad de su situación”, se explica desde el mencionado vicerrectorado. “El perfil de estas personas es variado, pero todas ellas han huido de violaciones de derechos humanos y necesitan integrarse, dejar atrás el pasado y vivir autónomamente”, concluyen. Toda la información sobre “Historias refugiadas” puede obtenerse en el sitio web creado al efecto.
En concreto y gracias al proyecto, en estos momentos hay 42 personas refugiadas matriculadas en cursos del Centro Superior de Idiomas de la UPNA (35 en castellano y 8 en inglés, además de una persona está matriculada en ambos idiomas), otras 12 comenzarán este mes un programa de formación en competencias prelaborales y una veintena se ha inscrito para formar tándems de conversación con voluntariado perteneciente a la comunidad universitaria.
Aprendizaje y conocimiento mutuo
Entre los objetivos del proyecto está el de facilitar el acceso de las personas refugiadas a la educación superior a través de programas de becas, para lo que se facilita el aprendizaje de español e inglés (con grupos de conversación, cursos o talleres), además de la acreditación lingüística con pruebas de evaluación oficiales y no oficiales. A ello se añade un programa de mejora de competencias prelaborales (proyecto profesional, marca personal, inteligencia emocional o comunicación interpersonal), entre otras acciones.
Por otro lado, también se pretende facilitar el acceso de las personas refugiadas a servicios y recursos básicos (hospital, farmacia, puesto de trabajo, etc.), especialmente cuando por cuestiones económicas viven en pequeños pueblos con escaso o nulo transporte público, para lo que se busca crear una red digital de apoyo vecinal.
Por otra parte, se trata de sensibilizar a la comunidad universitaria en particular y a la sociedad navarra en general en torno a la realidad de las personas refugiadas, así como también potenciar el tejido de voluntariado ya existente en la Universidad (conformado actualmente por cerca de 500 personas) a través de programas de mentoría.
Además de todo ello, en materia de investigación se pretende generar conocimiento y valoración de la opinión de las personas refugiadas sobre los programas y recursos destinados a ellas, así como también se busca identificar y ponderar los obstáculos y oportunidades que entidades, agentes sociales y empresas encuentran en la inserción sociolaboral de personas refugiadas.