Las sibilancias, denominadas también “pitos”, son sonidos agudos producidos por la obstrucción de las vías respiratorias que se generan por el paso del aire al respirar. Es un trastorno frecuente en los primeros meses de vida, que puede conducir a otras enfermedades como el asma en edad infantil. Según una tesis doctoral, realizada en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) por el biólogo Ismael Álvarez Álvarez (Oviedo, 1987), la exposición al tabaco durante y después del embarazo, la asistencia a la guardería y la presencia de mascotas en el hogar son factores de riesgo ambientales que deberían ser abordados con el objetivo de reducir la prevalencia y severidad de la enfermedad. Además de los factores ambientales, se han identificado otros de riesgo como el sexo masculino, padecer neumonía en el primer año de vida, registrar un mayor número de resfriados o tener una historia familiar de asma o alergia. La investigación, centrada en la Comarca de Pamplona que arroja datos de uno de cada tres bebés afectados, también concluye que los resultados obtenidos parecen indicar que un mayor periodo de lactancia (de, al menos, seis meses) podría ser un factor protector de sibilancias.
El objetivo de esta tesis doctoral ha sido investigar la prevalencia y los factores de riesgo y protectores de sibilancias, sibilancias recurrentes (cuando se padecen tres o más episodios) y sibilancias severas (aquellas que necesitan de hospitalización) en lactantes de la capital navarra y alrededores. La investigación se engloba dentro del Estudio Internacional de Sibilancias en Lactantes (EISL). En la Comarca de Pamplona, un total de 1.065 familias participaron en el estudio y completaron un cuestionario donde se recogían datos antropométricos, enfermedades del lactante, datos familiares y ambientales e información sobre el embarazo.
Porcentaje de afectados
Tras los análisis estadísticos, el estudio reveló que la prevalencia de sibilancias en lactantes en la comarca de Pamplona se situó en el 32,5%, mientras que las prevalencias de sibilancias recurrentes y severas rondaron el 10%. “Son porcentajes comparables a los registrados en otros centros europeos que participaron en Estudio Internacional de Sibilancias en Lactantes. En España, además de Pamplona, se sumaron Cartagena, Salamanca, Cantabria, Madrid y Valencia, y nuestros resultados están en la misma línea que los encontrados en el resto de instituciones”, explica.
Para este investigador, “es importante destacar que los factores de riesgo ambientales identificados se pueden prevenir con campañas de concienciación”. “Por ejemplo, en el caso de la exposición al tabaco, se podrían lanzar campañas para sensibilizar a la población femenina de la importancia de no fumar durante el embarazo y durante los primeros meses de vida del bebé”, apunta Álvarez, cuya tesis, dirigida por los profesores del Departamento de Ciencias de la Salud Francisco Guillén Grima e Inés Aguinaga Ontoso, obtuvo la calificación de sobresaliente “cum laude”.
Para el nuevo doctor, los factores de riesgo ambientales identificados deberían analizarse y tratarse con el fin de reducir la prevalencia y severidad de las sibilancias, “ya que son un trastorno que afecta a la calidad de vida de los lactantes y sus familias y pueden derivar en otras enfermedades como el asma infantil”.
Breve currículum
Ismael Álvarez Álvarez es licenciado en Biología por la Universidad de Oviedo. Cursó en la UPNA tanto el Máster Universitario en Salud Pública como el doctorado en Ciencias de la Salud.
Fruto de su actividad investigadora, ha publicado ocho artículos en revistas especializadas y ha participado en congresos nacionales e internacionales. Además, ha realizado dos estancias predoctorales: una, en el Instituto de Salud Pública, Epidemiología y Desarrollo (ISPED, por sus siglas en francés), de Burdeos (Francia), donde participó en un proyecto, denominado ELFE (siglas en dicho idioma de Estudio Longitudinal Francés desde la Infancia), sobre los posibles factores de riesgo que conducen a la aparición del asma y la bronquiolitis en los primeros meses de vida; y otra, en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, donde estudió el efecto conjunto de la adherencia a la dieta mediterránea y la práctica de actividad física en la mortalidad y participó en el Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra).