De izq. a dcha.: María Jesús Campión Arrastia (UPNA), Elena Gil Clemente (UNIZAR) e Inmaculada Lizasoain Iriso (UPNA), tres de las profesoras participantes en el proyecto, posan en el campus de Arrosadia.
Profesores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) promueven un proyecto de innovación docente que busca incorporar métodos de enseñanza para alumnos con necesidades educativas especiales en las asignaturas de Matemáticas y Didáctica de las Matemáticas de los grados de Maestro en Educación Primaria y en Educación Infantil de ambas instituciones. “Los niños pequeños con trisomía 21, al igual que todos los demás, pueden aprender matemáticas si se adopta un enfoque formativo y no utilitario y se parte de la geometría como forma de comprender la realidad”, indica una de las integrantes de esta iniciativa, Elena Gil Clemente, profesora de la Universidad de Zaragoza.
Forman parte de este proyecto profesores del Departamento de Matemáticas de ambas instituciones: por parte de la UPNA, Raquel García Catalán, Inmaculada Lizasoain Iriso y María Jesús Campión Arrastia y, por parte de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio Cogolludo Agustín, y la ya citada Elena Gil. La Universidad Roma Tre (Italia) participa también a través de la profesora Ana Millán Gasca, directora del Laboratorio de Matemáticas para la Formación Primaria.
Fruto de esta iniciativa, una de las expertas en esta temática, Elena Gil Clemente, impartirá en la UPNA el próximo sábado, 14 de abril, un taller práctico denominado “Matemáticas y otras herramientas para la diversidad cognitiva”, que busca facilitar a los docentes recursos didácticos para un enfoque inclusivo de su enseñanza. Ha sido organizado en colaboración con la Asociación Universidad y Discapacidad y va dirigido tanto a estudiantes de los grados en Maestro en Educación Primaria y en Educación Infantil de cualquier universidad como a profesionales de centros educativos. Las personas interesadas pueden inscribirse gratuitamente y de forma “online” antes del 12 de abril.
Comprender el mundo con las matemáticas
“Las matemáticas tienen una gran potencia para ayudar a los niños, también a los que tienen una discapacidad intelectual, a comprender el mundo que les rodea y a desarrollar un pensamiento abstracto. Su aprendizaje puede ser fuente de gozo, diversión y estímulo para ellos”, afirma Elena Gil, que se doctoró en la Universidad de Zaragoza con una tesis sobre la didáctica de las matemáticas para niños con síndrome de Down.
Este proyecto de innovación docente, impulsado por la Universidad de Zaragoza y denominado “Aprendiendo a aprender matemáticas: ¿qué nos enseñan los niños con discapacidad intelectual?”, tuvo su origen en otro, desarrollado en 2015, por el que varias estudiantes de los grados de Maestro de la institución aragonesa participaron como voluntarias en los talleres de matemáticas para niños con trisomía 21 organizados por la Sociedad de Estudios sobre el Síndrome de Down. “Las alumnas participantes recibían una formación matemática complementaria a la de la universidad para poder trabajar con este tipo de estudiantes”, apunta Inmaculada Lizasoain.
Aprendizaje visual
Tal como explica Elena Gil, esta propuesta innovadora para iniciar en las matemáticas a los niños con trisomía 21 “está basada en la geometría y aprovecha también algunos de los puntos fuertes de estos niños como el aprendizaje visual y la capacidad de aprender con otros”. “Los niños con trisomía 21 comparten con el resto de los niños una intuición geométrica básica, que puede servirles para entender mejor el concepto de número. Así, las actividades son útiles para trabajar conceptos básicos de geometría —el punto, la recta, los segmentos…— vinculándolos a los números. Por ejemplo, un cuadrado sirve para explicar el número cuatro. Los niños participanres mostraron una gran capacidad de aprender y disfrutaron con el fruto de su trabajo”, añade.
De hecho, los profesores participantes en este proyecto plantean que la mejor manera de iniciar en las matemáticas a los menores con trisomía 21 es “plantearles tareas con sentido humano, utilizar la imitación como fuerza de aprendizaje que involucra a mente, cuerpo y movimiento y ser optimistas con su capacidad de aprendizaje”. Además, para estos expertos, esta ciencia tiene mucho que aportar a su formación como personas: “desarrollando su pensamiento abstracto, enriqueciendo su conocimiento del mundo, y proporcionándoles la posibilidad de disfrutar profundamente, ser felices y vivir su vida en plenitud”.
“Estas conclusiones no son solo válidas para los niños con trisomía 21, sino para todas las personas que se aproximan al mundo del conocimiento con alguna dificultad de partida”, concluye Elena Gil.