Las características propias de muchas de las familias latinoamericanas que viven en Navarra, tales como el bajo nivel socioeconómico y educativo de los progenitores, el acompañamiento no siempre adecuado hacia sus hijos y los malos hábitos de lectura y escritura, hacen que este alumnado presente un grado considerable de riesgo hacia el fracaso escolar, que alcanza una media del 17% en Educación Secundaria frente al 13% de la media navarra. Así lo recoge la tesis doctoral leída en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) por el profesor de Secundaria Jaime Borda Valderrama (Colombia, 1967), quien aboga por implantar programas de acogida y apoyo socioeducativo no sólo para los adolescentes, sino también para sus familias.
Jaime Borda ha estudiado la trayectoria escolar en Navarra de los estudiantes de origen latinoamericano en la Educación Secundaria obligatoria (ESO) y posobligatoria (Formación Profesional y Bachillerato) durante diez años (desde el curso 2002-2003 al 2012-2013). En ese periodo, han llegado a representar entre el 4% de los alumnos matriculados en la ESO (el ratio mínimo, en el curso 2002-2003) y el 9,1% (el máximo, en el 2008-2009). De hecho, alrededor del 60% del alumnado inmigrante es de origen latinoamericano, sobre todo, de cinco países: Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú y República Dominicana. Sus tasas de fracaso escolar en ese decenio han rondado el 17%, lejos del 30% de la media española, pero superiores al 15% de la UE y al 13% de Navarra.
Para comprender los factores socioculturales que influyen en el fracaso escolar, Jaime Borda realizó encuestas y entrevistas a 250 estudiantes de origen latinoamericano, 27 docentes y 17 directores de centros educativos navarros.
“Existen factores tanto sociales como culturales que influyen en el fracaso escolar del alumnado inmigrante, en particular, el de origen latinoamericano —afirma Jaime Borda—. Las familias latinoamericanas presentan ciertas carencias que no favorecen el buen desempeño de sus hijos e hijas en un contexto, como el de Navarra, donde, además de las diferencias curriculares con respecto a los países latinoamericanos, se fomenta más el trabajo independiente, incluso desde Primaria y más aún en Secundaria, con poco apoyo por parte del profesorado. Y este aspecto es crucial, ya que los adolescentes latinoamericanos, en especial, quienes llegan a España con más de 10 años, vienen con una disciplina de trabajo diferente y suelen esperar mayor ayuda y orientación por parte del profesorado”.
El nivel educativo de los padres
Según el estudio de Jaime Borda, entre los factores sociales que influyen en el fracaso social, el nivel socioeconómico no es el más importante. “Los que más inciden son, en orden de importancia, el nivel educativo de los padres, el manejo del tiempo libre, el capital social, la situación socioeconómica de la familia, los recursos de apoyo y la estructura y estabilidad familiar”, señala.
Y respecto a los factores culturales, el autor de la tesis, calificada con sobresaliente “cum laude”, enumera “las actitudes de oposición cultural, el capital cultural, la edad y la adaptación cultural, los prejuicios y estereotipos, la cultura familiar y la desconfianza cultural”. “Por los resultados obtenidos —explica—, es evidente que, de estos factores, el que más incidencia puede tener en el alumnado latinoamericano es el capital cultural, que se puede definir como una acumulación global de conocimientos e innovaciones, que se adquiere fundamentalmente en la familia y eso crea diferencias importantes entre unos estudiantes y otros. No es lo mismo nacer en una familia con escasos hábitos de lectura y sin gusto por el arte o por la música clásica, que hacerlo en otra con las condiciones opuestas. De acuerdo con los resultados de la investigación, un porcentaje significativo del alumnado latinoamericano que cursa sus estudios de secundaria en Navarra pertenece al primer grupo”, explica Jaime Borda.
Según este investigador, la escuela normalmente evalúa a todos los estudiantes de la misma manera, y lo hace tomando como referencia “el capital cultural de los más favorecidos”. A juicio de Jaime Borda, este capital cultural no es un factor aislado, sino que está relacionado con otras variables, como “el nivel educativo con el que el alumnado viene de su país de origen, el nivel educativo de los padres y la cultura familiar, en especial, en lo que tiene que ver con los hábitos de lectura de los progenitores y la responsabilidad que inculcan a los chicos y a las chicas en su casa”.
Propuestas de mejora
El nuevo doctor se muestra crítico con los programas de apoyo existentes en Navarra para evitar el fracaso escolar. “Su eficacia es cuestionable —apunta Borda, cuya tesis ha sido dirigida por dos docentes de la UPNA: el catedrático Benjamín Zufiaurre Goikoetxea y la profesora Irene López Goñi—. Si observamos las estadísticas, se ve que los índices de fracaso escolar no han disminuido sustancialmente en los últimos años. El objetivo de estos programas no debería ser el de evitar el fracaso escolar, sino mejorar la calidad de la educación, así como los procesos de aprendizaje y construcción del conocimiento de todo el alumnado, no solo de quienes tienen dificultades”.
Para ello, aboga, entre otras medidas, por modificar el currículum para “tener en cuenta al alumnado inmigrante, tanto en lo referente a sus conocimientos, como a sus características sociales y culturales”; y por implantar “programas de acogida y refuerzo académico más sólidos y eficaces tanto para los jóvenes como para sus familias”.
Breve currículum
Jaime Borda Valderrama se tituló en Ingeniería Química en la Universidad de América y es especialista en Pedagogía para el Desarrollo del Aprendizaje Autónomo por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), ambas instituciones en Bogotá (Colombia).
Con más de diez años de experiencia en la enseñanza de las matemáticas (en inglés), sobre todo en cursos de Secundaria, trabaja actualmente en Colombia como asesor pedagógico y como corrector de estilo.