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El Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra acoge los días 14, 15, 21 y 22 de enero un curso de prescripción de ejercicio físico para la prevención de fragilidad y caída en las personas mayores. Este curso forma parte del proyecto europeo Vivifrail, cuyo objetivo principal es mantener, mediante la prescripción de ejercicio físico, un nivel de función en las personas mayores que les permita el mayor grado de autonomía posible.

Vivifrail se enmarca en la Estrategia de Promoción de la Salud y Calidad de Vida en la Unión Europea. El proyecto, coordinado por el catedrático de fisioterapia de la UPNA Mikel Izquierdo, cuenta además con la participación de Leocadio Rodríguez-Mañas (Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital de Getafe, España), Andreh Zeyfang (Universidad de Ulm, Alemania), Bruno Vellas (Hospital Universitario de Toulouse, Francia), Roberto Bernabei (Universidad Católica del Sacro Cuore, Italia) y Alan Sinclair (organización Diabetes Frail, Reino Unido).

El curso se desarrollará en cuatro jornadas, en sesiones de 16:30 a 20:30 horas. Con una metodología eminentemente participativa y con sesiones expositivas, incluye también talleres prácticos. El profesorado está formado por expertos de la Universidad Pública de Navarra, Complejo Hospitalario de Navarra y Hospital de Getafe.

Mantener la autonomía

Entre los objetivos de este curso se encuentra el ser capaz de reconocer las caídas como un signo clínico precoz de la fragilidad (conocer sus particularidades clínicas); ser capaz de diseñar una intervención adaptada al paciente, para intervenir sobre la fragilidad y disminuir el riesgo de caídas como medio para evitar y/o retrasar el deterioro funcional y para promover la salud en población mayor de 70 años; y desarrollar un programa de ejercicio físico multicomponente para la persona mayor frágil.

Tal y como señala Mikel Izquierdo, en el actual marco de envejecimiento de la población “el verdadero reto es mantener la autonomía e independencia a medida que se envejece. La salud de las personas mayores se debe medir en términos de función y no de enfermedad, ya que es la primera la que determina la expectativa de vida, calidad de vida y recursos o apoyos que precisará cada población”. En ese sentido, apunta que las intervenciones centradas en la actividad física han demostrado su eficacia en retrasar e, incluso, revertir la fragilidad y la discapacidad. “Los programas de ejercicio físico multicomponente y, en particular, el entrenamiento de la fuerza, constituyen las intervenciones más eficaces para retrasar la discapacidad y otros eventos adversos”.