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zoom Gemma Piérola Narvarte

Gemma Piérola Narvarte

La realidad social de la mujer en Navarra durante la dictadura franquista, el adoctrinamiento por parte de la Sección Femenina de Falange y Acción Católica, la censura y la represión han sido los principales temas abordados por Gemma Piérola Narvarte en su tesis doctoral “Mujer e ideología en la dictadura franquista. Navarra 1939-1960”. Según señala en su trabajo, “una vez concluida la contienda bélica se iniciaba un período de autoritarismo estatal y moralina eclesial que coparon todos los espacios y tiempos de la vida cotidiana de la población. No empezaba la paz; se trataba de organizar la victoria”.

La tesis doctoral de Gemma Piérola, licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Navarra, ha sido dirigida por Emilio Majuelo Gil, profesor de Historia Contemporánea del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad Pública de Navarra y ha obtenido la calificación Sobresaliente cum laude por unanimidad. En su investigación, Piérola ha contrastado fuentes escritas y ha completado el análisis con fuentes orales a través de 27 entrevistas a mujeres con edades comprendidas entre los 55 y 96 años

La elección de Navarra como marco de estudio, responde “al tremendo vacío historiográfico existente acerca de las mujeres durante el franquismo y, también, a la posibilidad de un acercamiento más profundo a aspectos concretos como la implantación y difusión del discurso de género a través de los medios de comunicación, el grado de implantación de las organizaciones femeninas oficiales, las opiniones divergentes y la percepción de las propias mujeres de Navarra”.


Un rol en el ámbito privado


La autora de la investigación constata la importancia que la Sección Femenina de Falange y las ramas femeninas de Acción Católica tuvieron “en la formación, adoctrinamiento y encuadramiento de una parte importante de la población femenina, de acuerdo a sus modelos y esquemas de mujer, con el objetivo de afianzar su rol y los espacios donde desarrollar su vida. Un rol que representaba un esquema de mujer-esposa, reducido al ámbito privado del hogar, que a su vez encajaba totalmente con los criterios que la Iglesia católica postulaba hacia la mujer”.

En ese contexto se reguló también el principal eje social: la familia, que “adquirió un valor político importante y, dentro de ella, la mujer, cuyo perfil se exaltó desde instancias estatales y religiosas y que, para poder cumplirse, debía ser bendecido por el sacramento del matrimonio y ser definido por una maternidad obligatoria, en la que el sentimiento de placer sexual debía estar ausente. Sólo en el matrimonio la mujer podía realizarse como tal, asumiendo el papel que se le había impuesto de manera natural y, en este caso, social y política”.

Según explica Gemma Piérola, tanto las organizaciones femeninas como la institución religiosa trataron de convertir a la mujer en garante y legitimadora del régimen a través de la familia. “En Navarra, además de Falange y Acción Católica también estuvieron presentes las asociaciones de Margaritas, las mujeres carlistas, que a pesar de compartir postulados ideológicos similares a las otras dos agrupaciones, lo hicieron desde planteamientos diferentes y con un discurrir poco uniforme entre ellas, a menudo conflictivo y hostil”.

En ese sentido, el tradicionalismo “estaba mejor implantado. El rechazo de la unificación ante la cascada de desplantes y arbitrariedades recibidas desde Falange fue manifiesto. La dirección de su Sección Femenina no pudo entender cómo, manteniendo un discurso formalmente similar, no podía producirse una integración de las dos sensibilidades en la forma de una organización política potente”.

En opinión de esta investigadora, “ha quedado demostrado que en Navarra, la presencia falangista, a diferencia de la carlista, no tuvo el volumen de adeptos que en otras provincias” y la consecuencia inmediata fue una escasa afiliación a Sección Femenina en Navarra, apatía e indiferencia generalizada de las mujeres hacia la formación que se ofrecía. “Se obedeció, algunas veces se cumplió y apenas se asimiló. Y es esa escasa asimilación del discurso lo que posteriormente, en los años del desarrollismo, será base de la incipiente movilización de la población en general y de las mujeres en particular, desde distintos ámbitos y diferentes objetivos”.

Licenciada en Geografía e Historia, Gemma Piérola imparte actualmente clases en Enseñanza Secundaria. En su trayectoria investigadora ha publicado una quincena de artículos y ha participado como ponente en numerosos ciclos de conferencias relacionadas con la historia reciente y el papel de la mujer a lo largo del siglo XX. Asimismo, ha colaborado, en colaboración con el Ayuntamiento de Pamplona, en diferentes proyectos de investigación