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zoom De izquierda a derecha, la vicerrectora Eloísa Ramírez, los galardonados Josu Eguaras y Edurne Almirantearena, el presidente del Parlamento, Alberto Catalán, y Joquín Mencos, vicepresidente del Patronato Jaime Brunet

De izquierda a derecha, la vicerrectora Eloísa Ramírez, los galardonados Josu Eguaras y Edurne Almirantearena, el presidente del Parlamento, Alberto Catalán, y Joquín Mencos, vicepresidente del Patronato Jaime Brunet

La Universidad Pública de Navarra ha entregado este jueves, 7 de junio, el Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos 2011 a las Brigadas Internacionales de Paz (Peace Brigades International, PBI) por su “encomiable labor” de acompañamiento y protección internacional de los defensores de derechos humanos, “allí donde se ven sometidos a ataques o serias amenazas y su situación resulta más crítica y vulnerable”.

La entrega del galardón ha tenido lugar a las 19 horas en el patio del edificio de Rectorado y ha contado con la asistencia del presidente del Parlamento y vicepresidente honorario de la Fundación Jaime Brunet, Alberto Catalán Higueras, de la vicerrectora de Proyección Social y Cultural, Eloísa Ramírez Vaquero, y de los miembros del patronato de la Fundación, entre otras autoridades. En el acto ha intervenido la Coral Universitaria.

El acto ha dado comienzo con la lectura del fallo del jurado del Premio Jaime Brunet 2011, a cargo del secretario de la Fundación, Javier Blázquez Ruiz. El premio reconoce la labor de los voluntarios de Brigadas Internacionales de Paz que, tras un proceso de selección y formación, “actúan como observadores y acompañantes en zonas conflictivas para disuadir de las amenazas que sufren los defensores de derechos humanos, contribuyendo así no sólo a la protección de los derechos humanos, sino también al fortalecimiento de un tejido social mucho más abierto y plural”.

El jurado ha destacado “el esfuerzo y entrega” que realizan los voluntarios de Brigadas Internacionales de Paz en proteger a personas y organizaciones amenazadas, “realizando para ello labores de acompañamiento de hasta 24 horas al día, además de campañas de interlocución a nivel nacional y regional con todos los interlocutores legales de cualquier clase de conflicto, ya sea de poblados indígenas amenazados, de dirigentes de organizaciones pro derechos humanos, abogados defensores o cualquier grupo social discriminado”.

Posteriormente, se ha hecho la entrega del galardón, que consiste en premio en metálico de 36.000 euros, un diploma acreditativo y una reproducción de la escultura “Homenaje a Sáenz de Oiza, realizada por Jorge Oteiza y cuyo original se encuentra en el Campus de Arrosadia. El premio lo han recogido Edurne Almirantearena Larrañeta y Josu Eguaras Gurbindo, representantes de Brigadas Internacionales de Paz en Navarra.

En su intervención, Edurne Almirantearena y Josu Eguaras han agradecido el premio concedido por la Fundación Jaime Brunet, un galardón que, según han explicado, “alimenta nuestra cabeza, nuestras manos y, sobre todo, nuestro corazón”. “Es especialmente importante que, en un momento histórico como el que nos encontramos, en el que los derechos humanos quedan supeditados a otras urgencias y otras crisis, una entidad como la UPNA siga apostando por lo verdaderamente importante, lo humano de nuestros derechos”, han señalado los representantes de la ONG en Navarra, para quienes el premio está dedicado a “las defensoras y defensores de derechos humanos que acompañamos, que cada día se juegan la vida por hacer su mundo un poco más justo”.

Una ONG especializada en acompañamiento

Brigadas Internacionales de Paz es una ONG fundada en 1981 que trabaja para la protección de los derechos humanos y la promoción de la resolución de conflictos a través de la no violencia. Está especializada en el acompañamiento y observación internacional como herramientas para disuadir de violaciones contra los derechos humanos. Su oficina central se encuentra en Londres (Reino Unido) y tiene sedes en 14 países.

zoom Los galardonados Josu Eguaras y Edurne Almirantearena, en el campus de la Universidad.

Los galardonados Josu Eguaras y Edurne Almirantearena, en el campus de la Universidad.

Esta ONG, que posee el estatus de observador ante Naciones Unidas, envía observadores internacionales para ser testigos presenciales en regiones en crisis y conflicto. Los grupos de voluntarios protegen con su presencia a personas amenazadas de muerte o secuestro a causa de la violencia política. Con la presencia en el terreno de estos observadores-acompañantes, previamente seleccionados y capacitados, Brigadas Internacionales de Paz trabaja siempre con el consentimiento explícito del gobierno del país en el que se encuentran y respetando la legislación interna de dicho Estado.

Sólo interviene en nuevos países en caso de solicitud expresa por parte de las organizaciones locales. Actualmente, están presentes en Guatemala, Colombia, México y Nepal y, anteriormente, ha realizado labores de protección e intermediación en El Salvador, Sri Lanka, Canadá, Haití, Filipinas e Indonesia.

Brigadas Internacionales de Paz funciona, en su inmensa mayoría, con trabajo voluntario y actúa mediante una estructura horizontal y no jerárquica y con el consenso como herramienta de toma de decisiones. Sólo dispone de una mínima estructura necesaria para la coordinación y gestión. En España, por ejemplo, tiene una oficina de coordinación en Santander, con dos personas contratadas, y dispone de siete grupos en otras tantas comunidades autónomas, incluida Navarra.

En el caso de la Comunidad Foral de Navarra, el Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y otros consistorios, como el del Valle de Erro, apoyan financieramente el proyecto de Brigadas Internacionales de Paz consistente en el acompañamiento a defensores de derechos humanos en Colombia. Desde 1994 y hasta el momento, nueve navarros han formado parte como voluntarios de este proyecto en el citado país americano, realizando labores de acompañamiento y “lobby” político.

La Fundación y el Premio Jaime Brunet

La Fundación Jaime Brunet es una fundación cultural privada, de interés social y carácter permanente, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. La Fundación promociona actividades dirigidas a tal objeto y estudios relacionados con el respeto a tales valores.

En concreto, y entre otras actividades, convoca el premio Jaime Brunet Romero con el fin de distinguir bien un trabajo científico; bien un trabajo literario o audiovisual; bien una trayectoria de una persona o institución que haya destacado en la promoción de los derechos humanos. En total, la fundación ha concedido desde 1998 doce Premios Internacionales Jaime Brunet. El último, a la periodista y bloguera cubana Yoani Sánchez.

Jaime Brunet Romero nació en Bayona (Francia) el 20 de julio de 1926 y falleció el 4 de enero de 1992 en San Sebastián (Guipúzcoa). Nacido en el seno de una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial), fue educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir. Fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del partido republicano que llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo. Cursó sus estudios en la Universidad de Valladolid, en la que ejerció por un tiempo como profesor ayudante.

Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.

En los últimos años de su vida, su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano (también ante los abusos de la Administración pública) se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decidió legar su fortuna para crear a su fallecimiento la fundación que, con su nombre, se dedicara a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes, por su trabajo en defensa de ellos, se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se creó la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.