Salta al contenido principal

zoom Carmen Bravo Sueskun, autora de la tesis

Carmen Bravo Sueskun, autora de la tesis

El papel de la mujer en Navarra entre los años 60 y 90 del siglo XX, su contribución a los movimientos sociales, la ocupación del espacio público por las mujeres y el activismo para lograr su participación y representación en el ámbito laboral y político han sido investigados por Carmen Bravo Sueskun en su tesis doctoral, leída en la UPNA y que ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude.

La autora mantiene que “el movimiento feminista en Navarra tuvo carácter social” y que “la clase política Navarra, fuera de derechas, centro, progresista, izquierdas, nacionalista conservadora o radical, vivió durante los primeros quince años de participación democrática de espaldas a la construcción de una sociedad participativa de género, al no incorporar la realidad social que representaba el 51% de la ciudadanía; es decir, las mujeres”.

Su tesis doctoral, “La participación social y política de las mujeres en Navarra: de la domesticidad a la emancipación (1961-1991)”, ha sido dirigida por el profesor Juan Madariaga Orbea, del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad Pública de Navarra. La investigación parte de la idea de que “fue esa participación la que determinó una estrategia global, de acciones políticas plurales, para conseguir los objetivos de igualdad”. El trabajo se ha basado en fuentes documentales (bibliografía de estudios sobre historia de las mujeres y análisis de la prensa local y noticias sobre el papel de las mujeres), entrevistas a mujeres clave de la sociedad Navarra, imágenes e iconografía, localización de asociaciones, programas electorales, convocatorias de movilizaciones, etc.

“La incorporación de las mujeres a todos los ámbitos sociales las convierte en las principales agentes de cambio —señala Carmen Bravo—, pero ese momento histórico del cambio en Navarra no se produjo hasta mediados de los años setenta, a pesar de que el despegue industrial y económico se había iniciado a finales de los cincuenta”. La investigación hace visible, reconoce e integra la participación de las mujeres en la conflictividad obrera que acompañó los cambios sociales.

Asociacionismo y espacio público

La tesis aborda también los cambios sociales que se produjeron en los hábitos, costumbres o roles sociales y culturales, entre los que destaca el que protagonizaron las jóvenes al no querer secundar el papel de “reinas” de las peñas pamplonesas y la conquista de la ocupación del espacio público de la fiesta. En cuanto al asociacionismo femenino, el trabajo reconoce que “el asociacionismo de carácter católico apareció con fuerza y estuvo vinculado al fomento de la formación de las mujeres de las clases populares mediante la creación de los Centros de Formación Familiar y Social en Navarra”.

La autora mantiene que el movimiento feminista en Navarra tuvo carácter social; lo define como movimiento autónomo y lo identifica más con el feminismo de la diferencia, que vincula a la carencia de instituciones y políticas de igualdad. “Las consignas, reivindicaciones y denuncias del movimiento de mujeres en Navarra con motivo del Día Internacional de la Mujer, recogidas durante catorce años (1977-1991) son una magnífica muestra de las movilizaciones sociales de las mujeres para conseguir que sus reclamaciones de igualdad y no discriminación formaran parte de la agenda pública”.

El trabajo aborda otros aspectos relevantes como la lucha contra la violencia machista y la defensa del derecho al aborto, “que fue el otro eje de lucha más aglutinador del Movimiento Feminista en Navarra. Alcanzó el umbral de visibilización social a partir del encierro de mujeres en el Ayuntamiento de Pamplona en junio de 1979, en protesta por la muerte de una mujer por aborto y en demanda de los Centros de Orientación Familiar y Educación Sexual”.

Por último, la tesis analiza la participación y representación sindical y política de las mujeres. Destaca por relevante la participación y representación de las mujeres en el mercado de trabajo, “que se incrementa a lo largo del período estudiado, aunque se mantiene una subrepresentación muy significativa respecto a los varones”.

En cuanto a la participación de las mujeres en cargos políticos, en las elecciones al Parlamento Foral de 1979 se reafirmó el liderazgo masculino (98,57%). La tesis desvanece el mito de que la política local es más propicia a la participación de las mujeres, al menos en Navarra, donde en 1991 todavía los resultados eran de 12% de concejalas y 6% de alcaldesas. Y no será hasta 1989 cuando por primera vez una mujer logre el acta de diputada por las listas del PSN.

Carmen Bravo Sueskun es licenciada en Geografía e Historia por la UNED y doctora en Historia Contemporánea por la UPNA. Fundadora de Comisiones Obreras y de la Coordinadora Feminista de Navarra, ha desempeñado diferentes cargos en la dirección del citado sindicato en la Comunidad foral. Actualmente es Secretaria Confederal de la Mujer de CC.OO. y consejera del Consejo Económico y Social de España. Además de impartir cursos y seminarios en diversas universidades como especialista en Género y Políticas de Igualdad, es autora de diversas publicaciones y ha colaborado con artículos en diferentes revistas y colecciones.