Esta línea se centra en el estudio de los correlatos neuropsicológicos de distintas alteraciones psicopatológicas como, por ejemplo, las adicciones, la depresión y la esquizofrenia. Se trata de conocer su relación con las funciones cognitivas superiores.

En este campo, destacan los trabajos desarrollados sobre los déficits neuropsicológicos en pacientes alcohólicos y cocainómanos, así como el estudio de la relación entre la esquizofrenia y sus diferentes signos y síntomas (como la atención, la memoria o el aprendizaje), como vía para mejorar el diagnóstico y el tratamiento.