La Universidad Pública de Navarra (UPNA) acoge, hasta el 17 de noviembre, la exposición fotográfica “Ciencia, diplomacia y Guerra Fría en la España de Franco”, que forma parte de un proyecto de divulgación y transferencia de resultados de investigación liderado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La muestra, ubicada en la tercera planta del edificio del Aulario de la UPNA, en el campus de Arrosadia, está comisariada por los catedráticos y miembros del instituto INARBE Mar Rubio Varas y Joseba de la Torre Campo. Con entrada libre, forma parte de las actividades de la Cátedra Laboral Kutxa de Divulgación Científica y se incluye, además, en las Semanas de la Ciencia de la UPNA 2022.
En el contexto de esta muestra, el próximo 8 de noviembre, los comisarios y el responsable de la citada cátedra, Joaquín Sevilla Moróder, ofrecerán la conferencia “¿Ha vuelto la Guerra Fría? Ciencia, tecnología y desarrollo económico”, que tendrá lugar, con entrada libre, a las 19.30, en el lugar de la exposición. La muestra, que se inauguró en la Universidad Politécnica de Valencia, ha pasado por la Universidad de Salamanca y después de recalar en la UPNA, donde incorpora material específico de Navarra, hará lo propio en Madrid.
Relaciones entre la España franquista y Estados Unidos en los 50
Las imágenes muestran cómo el régimen franquista, tras el aislamiento internacional que siguió a la Segunda Guerra Mundial, se propuso conseguir, desde los años 50, una mayor integración económica, política y militar en el bloque occidental. Como parte de ese proceso, la dictadura vio en la asistencia científico-técnica procedente del extranjero una palanca para promover el crecimiento económico interno y acercarse a los países desarrollados. España encontró en Estados Unidos un apoyo para modernizar su sistema científico y converger con las naciones del llamado Primer Mundo, además de facilitar su acceso a organismos multilaterales.
Por su parte, la diplomacia científica estadounidense se convirtió en un instrumento para impulsar su prestigio internacional, diseminar sus métodos y tecnologías en el extranjero y crear comunidades científicas favorables a Estados Unidos. “En el contexto de la Guerra Fría, el coloso americano utilizó también esa asistencia para exhibir la superioridad de su modelo sobre el de la Unión Soviética”, explican los comisarios de la exposición. Tal y como detallan, los principales campos de cooperación científica hispano-estadounidense fueron la energía nuclear y la investigación aeronáutica y espacial, así como la formación del capital humano. Todo este proceso, como puede verse en la muestra, tuvo su reflejo también en Navarra.