La profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Luisa Posada Kubissa reivindicó recientemente, en el marco de un seminario web celebrado en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) la necesidad de abordar la violencia contra las mujeres como un problema estructural entendido dentro de un sistema social patriarcal. El evento web estaba organizado por el Vicerrectorado de Proyección Universitaria, Cultura y Divulgación con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
La filósofa, escritora y teórica feminista señaló que el rechazo social a los hechos violentos que se da actualmente en la sociedad no siempre supone la existencia de una conciencia crítica. En este sentido, destacó que “la misma estructura social que condena el hecho en sí y sus manifestaciones más cruentas es la que perpetúa las condiciones de sumisión de un sexo a otro como estructura central de relaciones y sigue haciendo posible esta violencia”. Ante ello, la profesora defendió la necesidad de utilizar un análisis feminista que persiga “la transformación efectiva de las condiciones de sumisión femenina”.
La profesora se refirió también a la importancia del empoderamiento femenino colectivo para hacer frente a esa violencia, y cómo ello produce que el sistema patriarcal se revuelva y pretenda “meter a las mujeres en cintura”, trasladando el mensaje de que “nuestros cuerpos y nuestras vidas están amenazadas”. “Estamos saliendo y gritando que no tenemos miedo”, concluyó. Asimismo, explicó en qué consiste la “cultura de la violación”, detallando que una agresión sexual “no es un acto sexual, sino un acto de poder”.
Problema estructural
Según detalló la profesora en la ponencia, es preciso desmitificar que la violencia contra las mujeres tiene causas como el alcohol o las problemas psicológicos o psiquiátricos, en el caso de los agresores, o el masoquismo en el de las víctimas: “no es posible establecer un perfil de maltratador”, señala, y tampoco las raíces de la violencia se explican por un supuesto pasado primitivo o causas genéticas.
Luisa Posada Kubissa también repasó, en su intervención, como algunos pensadores representantes de la modernidad legitimaban la violencia contra las mujeres en sus obras y escritos y cómo esos pensamientos han influido hasta nuestros días. En algunos casos lo hacían desde la Ilustración, como Jean Jacques Rousseau, quien afirmaba que las mujeres “han de ser esclavas”, “sometidas a las voluntades ajenas” o “destinadas a obedecer”, o desde la transgresión, como el marqués de Sade. “Somos herederos y herederas de la modernidad”, afirmó la ponente.
En su ponencia, la profesora también hizo referencia a teóricas feministas contemporáneas como Shulamith Firestone o Anna Jónnasdóttir, que cuestionaron las relaciones entre los sexos, y desgranó cómo ellas analizaban el amor como excusa y justificación de conductas violentas y explotación de las mujeres.