Salta al contenido principal

zoom El investigador, en su conferencia en el Festival de Lana de Canarias.

El investigador, en su conferencia en el Festival de Lana de Canarias.

El investigador de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Borja Fernández D´Arlas expuso el pasado mes, en dos eventos científicos, el trabajo que se está realizando en los laboratorios de la Universidad para el aprovechamiento de residuos de lana de oveja y plumaje de pollos en la formación de bioplásticos, floculantes, agentes filtrantes, textiles o apósitos para biomedicina, como alternativa a los plásticos derivados del petróleo.

En concreto, el doctor en Ciencias Químicas e investigador del Instituto de Materiales Avanzados (InaMat) de la UPNA participó en el Festival de Lana de Canarias (que se celebró en el mes de junio en el municipio tinerfeño de La Orotava) y en la XXXVII Bienal de la Real Sociedad Española de Química, que tuvo lugar a comienzos de verano en San Sebastián.

Investigaciones en la UPNA

A día de hoy, tal y como explicó el científico en la conferencia, se generan anualmente en España un total de 2.151 miles de toneladas de residuos plásticos derivados del petróleo, de las que se recicla el 34%, se valoriza energéticamente el 17% y la mitad, se destina al vertedero. Borja Fernández D´Arlas destacó en sus intervenciones “las superiores propiedades mecánicas de las películas obtenidas por nosotros en comparación con otras películas proteicas, y las posibilidades en el campo de purificación de aguas de metales pesados y en el campo biomédico”.

Borja Fernández D´Arlas trabaja en la UPNA becado por Obra Social “la Caixa” y Fundación Caja Navarra, donde ha desarrollado un método “sencillo y limpio” para extraer, de los residuos de lana de oveja y de plumaje de pollos, queratinas, unas proteínas con las que fabricar bioplásticos degradables. “Los problemas medioambientales asociados a la acumulación de plásticos no degradables en el medio y su huella de carbono, vinculada a su transporte y producción, han motivado la búsqueda de nuevos bioplásticos cuya producción sea sostenible y que, una vez acabada su vida útil, sean fácilmente integrados en el medio ambiente”, sostiene el investigador.