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zoom Imagen de la presentación de los proyectos, con investigadores de la UPNA y miembros de Adacen

Imagen de la presentación de los proyectos, con investigadores de la UPNA y miembros de Adacen

El “Living Lab” de la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen), banco de pruebas de tecnologías, productos y servicios para la rehabilitación y mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad neurológica, ha sido el lugar en el que personas usuarias de Adacen han conocido y probado dos nuevas tecnologías desarrolladas por equipos conjuntos de investigación de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y Adacen en el marco del proyecto conjunto “SensMov”.

Francisco Fernández Nistal, director-gerente de Adacen, y Marisol Gómez Fernández, profesora titular de Álgebra del departamento de Estadística, Informática y Matemáticas de la UPNA, han presentado esta mañana dos sistemas de medida para neurorrehabilitación. Estos son los primeros frutos de la colaboración iniciada hace dos años mediante la firma de un acuerdo entre ambas entidades. Estos proyectos cuentan con la subvención del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), Gobierno de Navarra y el Programa Innovasocial, de Fundación Caja Navarra y Fundación “la Caixa”.

Para evaluar los efectos de estas tecnologías, un total de 56 personas usuarias de la asociación han probado durante cuatro meses un sistema para evaluar la marcha y el movimiento de los brazos en personas con movilidad reducida usando sensores inerciales que permiten obtener parámetros biomecánicos del movimiento de extremidades superiores e inferiores de manera sencilla, rápida y sin molestias para el paciente. Además, el equipo de fisioterapia ha testado, durante el mismo periodo de tiempo, un guante con fibra óptica para la rehabilitación y evaluación de la recuperación de la sensibilidad fina en extremidades superiores (dedos, muñeca, etc). En ambos casos, se ha diseñado software asociado para la visualización de los datos obtenidos.

Desarrollo de tecnologías

En el desarrollo de los prototipos han participado las investigadoras del departamento de Estadística, Informática y Matemáticas Nora Millor Muruzábal, Itziar Uzqueda Esteban, Carmen Vidaurre Arbizu y Alicia Martínez Ramírez, además de la ya citada Marisol Gómez (estas dos últimas investigadoras del Instituto de Materiales Avanzados-InaMat), así como Abián Bentor Socorro Leránoz, Silvia Díaz Lucas y Carlos Ruiz Zamarreño, docentes del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Comunicación e investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC). También ha colaborado Miriam Rubio Lecuona, estudiante del Master en Ingeniería de Telecomunicación de la UPNA.

Tal como se ha puesto de manifiesto en el acto informativo estas soluciones de bajo coste, unidas al desarrollo de protocolos de aplicación profesional, permitirán que profesionales de la salud accedan a las ventajas de la valoración biomecánica objetiva de sus pacientes. Así, podrán realizar un mejor diagnóstico, un mejor seguimiento, tanto en fases agudas como crónicas, y comprobar si la recuperación es óptima, reduciendo así los costes sanitarios en la atención y rehabilitación de estas personas.

Al finalizar el estudio, se realizó una encuesta de satisfacción a los usuarios participantes que han valorado positivamente la herramienta hasta el punto de que el 100% de ellos ha afirmado que volvería a usarla.

Respuesta a necesidades reales

La selección de los proyectos que se han desarrollado surgió de las necesidades constatadas por Adacen en la atención a personas no solo con daño cerebral, sino en aquellas con discapacidad y mayores. “Es importante poder contar con sistemas de medición de la marcha que nos den métricas exactas y que sean de fácil uso por los terapeutas —ha indicado Francisco Fernández Nistal—, ya que, hasta la fecha, los sistemas de medición de la marcha precisan de una sala equipada con sistemas de medición —salas de análisis de la marcha— y la instalación de esa sala resulta cara económicamente. Al paciente, podemos darle una métrica exacta de su estado físico midiendo su evolución con pruebas objetivas, mejorando su motivación y su adherencia a los tratamientos”.

Por otro lado, la rehabilitación de la movilidad de la mano y el movimiento de los dedos (lo que llamamos la sensibilidad fina) es básica para que la persona adquiera autonomía en habilidades básicas de la vida diaria como el aseo, el vestido o la manutención. “Con este sistema de guante, podemos evaluar en qué dedos le puede faltar al paciente grados de movilidad de cara a establecer la terapia adecuada e identificar en que función hace falta intervenir. Además, este desarrollo representa la base para poder incorporar a futuro sistemas activos de rehabilitación”, ha añadido.

Por su parte, Marisol Gómez Fernández ha indicado que, para la Universidad y los investigadores, estos proyectos desarrollados en común con Adacen son “fundamentales, puesto que permiten transferir conocimiento o diseñar nuevos dispositivos colaborando desde el principio con los usuarios y usuarias que tienen las necesidades reales, así como conocer de primera mano las necesidades reales de los profesionales clínicos”. “Además —ha destacado—, es muy gratificante para nosotros constatar que nuestras investigaciones mejoran la calidad de vida de las personas”.