El consultor Iñaki Vélaz Rivas animó a las empresas a aunar tradición y vanguardia, como en la gastronomía, para extender la cultura de la innovación, ya que esta se ha convertido en “una estrategia de supervivencia”. Así lo afirmó ante los estudiantes del grado de Innovación de Procesos y Productos Alimentarios de la Universidad Pública de Navarra, que participaron en el ciclo “Emprendedores en el aula”, dentro de la Semana Emprendedora, organizada por el LUCE (Laboratorio Universitario de Creación de Empresas).
Iñaki Vélaz, experto en innovación, usó como metáfora conductora de su charla la evolución de la gastronomía española con el fin de ilustrar a los estudiantes sobre los más recientes métodos para llevar la innovación a la práctica, ya que esta también se renueva. En este sentido, afirmó que los cambios acelerados del entorno exigen a las empresas que quieran mantener sus márgenes de explotación nuevas formas de operar, puesto que, en el entorno, operan cuatro fuerzas que generan tensión: la aparición de competidores “muy ágiles y tremendamente baratos”; los clientes, “cada vez más exigentes e inconformistas”; una globalización en la que “todo éxito es inmediatamente copiado”; y unos avances tecnológicos que “están volteando sectores enteros”. Frente a todo ello, resultan, a su juicio, “insuficientes” las políticas empleadas hasta ahora, ya que “no basta el ‘más de lo mismo mejor’, pues se requiere hacer —de verdad— algo diferente”.
La paradoja española
Dado que la innovación se ha convertido en “una estrategia de supervivencia”, Vélaz, socio fundador de Systematic Innovation by Design (SID), lamentó que en España se dé la paradoja de que, “siendo un país de personas muy creativas”, haya “un nivel de innovación empresarial aún muy por debajo de los países de alrededor y dolorosamente alejado de nuestras necesidades”. “Pasar a la acción no supone tirar por la borda lo que tenemos, sino, a imitación de la cocina, aunar tradición y vanguardia; es decir, construir sobre nuestras fortalezas, teniendo en cuenta las principales barreras: falta de tiempo y medios, escasez de genios, poca experiencia y ausencia de método”, indicó el experto.
Ante esos obstáculos, Vélaz y sus socios han desarrollado una metodología (el llamado método SID) que se apoya en “el talento interno de las compañías y lo refuerza”. Con poco coste y en tan sólo seis semanas, ponen en marcha un pequeño proyecto de innovación con “un resultado de impacto económico positivo y un aumento del compromiso y la motivación”. De esta forma, logran generar una cultura de innovación “sistemática y sostenida”.
La sesión de “Emprendedores en el aula”, titulada “La innovación que ahora importa”, formaba parte de la asignatura “Qué hay de nuevo en la innovación”, que imparte Jesús Sánchez-Ostiz Gutiérrez (profesor del Departamento de Gestión de Empresas). Esta asignatura se ofrece en 4º curso de Innovación de Procesos y Productos Alimentarios, un grado pionero en la universidad española. Esta titulación forma para organizar, planificar y gestionar proyectos de desarrollo e innovación de productos y procesos alimentarios y para aplicar conocimientos de diversas disciplinas científicas y así resolver problemas técnicos relacionados con la tecnología e ingeniería de alimentos.