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zoom De izquierda a derecha, la profesora Teresa García, Carlos Ocaña y Joseba De la Torre, decano de la facultad

De izquierda a derecha, la profesora Teresa García, Carlos Ocaña y Joseba De la Torre, decano de la facultad

El secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña Pérez de Tudela, participó ayer en un seminario organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, en el que ofreció una conferencia para explicar las políticas del Gobierno de recorte de gastos para reducir el déficit público.

Ocaña repasó someramente los puntos clave de la crisis que arrastra la economía mundial desde 2008, con el parón de los mercados financieros, la consiguiente etapa de desconfianza y las medidas de estímulos fiscales y aumento de gasto público que se adoptaron, y se detuvo en abril de 2010, fecha en la que, según dijo, se produce en Europa una “crisis dentro de la crisis” al comprobarse que, sobre todo en determinados países, la deuda pública se estaba disparando a niveles insostenibles, siendo el caso de Grecia el más evidente.

Reconoció que esta crisis sorprendió a España en peor situación que a otros países del entorno europeo, pero precisó que a partir de ese momento el Gobierno adopta una serie de medidas “comprometidas” con la reducción del déficit público y la devolución de la confianza a los mercados. “En la actualidad podemos decir que los mercados, aunque no están todavía normalizados, se encuentran más tranquilos que en el pasado mes de abril”, aseguró.

No obstante, Ocaña señaló que los principales problemas económicos que tiene que afrontar España en estos momentos son la reducción del déficit público y el aumento de la competitividad del conjunto de su economía.

Para reducir el déficit, abogó por el recorte del gasto por parte de las administraciones públicas. Recordó que algo más del 50% del gasto público corresponde a la administración territorial (comunidades autónomas y entidades locales), que por término medio dedican un 70% a servicios básicos (educación y salud) y un 30% a otros gastos. Ocaña animó a las administraciones territoriales a que reduzcan el gasto en ese 30% que no es servicios básicos, y que en estos “adopten medidas para mejorar la gestión reduciendo costes sin reducir servicio, como se hace en otros países europeos”.

“Un mal menor”

Respecto a la Administración del Estado, comentó que la reducción de los gastos corrientes –que desde algunos foros se reclama- supone el 5% del gasto público “y tiene poco margen de maniobra”, y recordó que ya se ha hecho un esfuerzo con la disminución de salarios a los funcionarios.

Ocaña precisó que a corto plazo se puede gestionar la inversión y las transferencias, pero no los gastos corrientes. En este sentido, dijo que “aunque no se quiera” hay que reducir la inversión en infraestructuras. El secretario de Estado se refirió a la evolución ascendente del gasto público de España en infraestructuras y en I+D+i entre 2004 y 2009 y explicó los planes para reducir notablemente estos gastos y volver a niveles de inversión de 2005 ó 2006. “En ambos casos mal –admitió-, pero se trata de un mal menor, ya que estamos tratando de mantenernos en unos niveles históricamente altos. En estos momentos no hay alternativa, si no reducimos el déficit podemos encontrarnos en la situación de Grecia”, concluyó.