Ruth Sanz Barrio, investigadora del Instituto de Agrobiotecnología (IdAB), ha resultado galardonada con el premio al mejor póster presentado por estudiantes en el “II International Symposium on Chloroplast Genomics and Genetic Engineering”, celebrado a finales de junio en Dublín. En síntesis, el póster explica el proceso por el que han conseguido mejorar la producción de albúmina humana en las plantas de tabaco y abaratar sus costes.
El trabajo presentado “Tiorredoxinas plastidiales del tabaco como moduladoras de la expresión de proteínas recombinantes en cloroplastos transgénicos” forma parte de la tesis doctoral de Ruth Sanz y ha contado con la colaboración de las investigadoras Alicia Fernández e Immaculada Farran Blanch, profesora del Departamento de Producción Agraria de la ETSIA y que dirige también la tesis de Ruth Sanz.
La albúmina humana es la proteína intravenosa más utilizada en el mundo con fines terapéuticos. Sirve para estabilizar el volumen sanguíneo y evitar el riesgo de infarto, y su aplicación en quirófanos es prácticamente diaria. Se emplea también en quemaduras, operaciones de cirugía, hemorragias o cuando el paciente presenta desnutrición o deshidratación, infecciones crónicas y enfermedades renales o hepáticas.
Aunque la albúmina comercial se extrae de la sangre, la falta de un volumen de reserva suficiente ha llevado a muchos investigadores a buscar nuevas fórmulas para multiplicar esta proteína. Ya en 2006 Alicia Fernández San Millán desarrolló en el Instituto de Agrobiotecnología una técnica novedosa en España (la transformación plastidial) para obtener albúmina humana a partir de plantas de tabaco.
“Lo que hemos hecho ahora —explica Ruth Sanz— es conseguir una manera más fácil y más barata de producir esta proteína. En la planta de tabaco se formaban cuerpos proteicos insolubles, que en términos muy básicos podríamos equipararlos a una especie de agregados de proteína. Esto dificultaba y encarecía el proceso de extracción de la albúmina. Con nuestro procedimiento, conseguimos que esa proteína no se agregue, que haya más cantidad de proteína y que esos agregados sean más pequeños, con lo que la albúmina es más fácil de extraer”.
El modo en que lo han conseguido ha sido mediante la fusión de genes, en concreto, de los genes que codifican una proteína denominada tiorredoxina. “Como esta proteína es muy estable, lo que hace es mejorar el plegamiento de otras proteínas, con lo que logramos que disminuyan los agregados y, a la vez, haya más cantidad de proteína”. Además, esta tecnología podría ser utilizada para mejorar la producción de otras proteínas de interés biotecnológico expresadas en los cloroplastos de las plantas de tabaco.
Ruth Sanz Barrio ultima en la actualidad su tesis doctoral, disfruta de una beca predoctoral del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y forma parte del grupo de Agrobiología Vegetal del Instituto de Agrobiotecnología, centro mixto de la UPNA, CSIC y Gobierno de Navarra.