El estudio de lengua de signos promueve la inclusión, enriquece la práctica pedagógica, facilita la comunicación con alumnos neurodiversos y contribuye al desarrollo de profesionales de la educación más versátiles y sensibles a la diversidad.
El marco legislativo del contexto educativo actual promueve los modelos de educación inclusiva. La inclusión educativa busca garantizar que todos los estudiantes, independientemente de sus características y necesidades particulares, tengan igualdad de oportunidades para aprender, participar y contribuir en el entorno escolar. Este paradigma va más allá de simplemente integrar a los estudiantes con discapacidades o necesidades especiales en las aulas convencionales; implica crear un ambiente educativo que sea accesible, respetuoso y adaptativo para todos.
A nuestras aulas acuden alumnnos y alumnas con sordera, hipoacusia u otras dificultades auditivas. Tener unos conocimientos básicos sobre la LSE facilita la comunicación con este tipo de alumnado y también contribuye a crear un ambiente inclusivo donde la barrera comunicativa se disuelve, permitiendo un aprendizaje más equitativo y enriquecedor.
Además, la lengua de signos actúa como un puente entre los/as maestros/as y el alumnado neurodiverso. Para estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) o Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), el lenguaje signado puede ser un recurso valioso para mejorar la comunicación y la comprensión mutua. Al dotar a los maestros de herramientas bimodales de comunicación, se fomenta un entorno pedagógico más flexible y adaptativo, donde se pueden abordar las necesidades individuales de cada estudiante de manera efectiva.
La adquisición de competencias en lengua de signos no solo se limita al ámbito de la inclusión; también se traduce en un enriquecimiento profesional para los/as maestros/as y, en especial, a quienes son especialistas de PT y AL. Esta habilidad adicional amplía su repertorio pedagógico y les dota de una perspectiva más amplia sobre los diversos modos de comunicación. Como resultado, se promueve una mayor sensibilidad hacia la diversidad y se potencian las habilidades de adaptación a diferentes estilos de aprendizaje, lo cual es esencial en el trabajo con estudiantes con necesidades educativas especiales.
Objetivos del curso
- Dotar al alumnado de conocimientos prácticos y teóricos básicos sobre la lengua de signos aplicada a su ámbito de trabajo favoreciendo interacciones eficientes con personas sordas.
Objetivos específicos:
• Adquirir vocabulario básico de la LSE relevante para situaciones específicas.
• Emitir y recibir mensajes básicos en LSE.
• Diferenciar y utilizar los diferentes recursos gramaticales básicos de la LSE.
• Conocer básicamente la comunidad sorda y algunas de sus características psicosociológicas.