Anne Aramendia: Yo como referencia: Conejito o el irremediable posicionamiento de la víctima

Hasta el 4 de marzo de 2022

“En la tercera planta había un conejo blanco jugando con una pelotita y escondiendo su cara entre las manitas, en un gesto muy infantil. Se me calentaron los párpados lo suficiente como para que se me salieran de los ojos unas lágrimas. Eran apto rápidas como para que se me desplazara el líquido hasta las orejas. El viento me acabó secando la cara”.

El origen, los conejitos. Me enternecen, los adoro. Mi investigación necesita de un motor siempre. Cuando no es certero y no se desarrolla a partir de lo estrictamente necesario para mí, se recoge en algo trivial, en algo bonito. Carente de contenido, el conejo, como forma, y con dulzura se ha impuesto en la temática de mis obras.

Mis grandes descubrimientos parten del viaje que comienza en la fotografía, va hacia la pintura y viceversa. Existe un lugar que no tiene nombre, en el cual, el lenguaje propio de la fotografía se encuentra dentro de mi pintura por medio de la mímesis. En el proceso de localizar esa función fotográfica en lo pictórico se pierde el sentido de la imagen y, ahí, ¡chas!... Aparece lo desconocido pero reconocible que hace que mis piezas encuentren un lugar donde habitar.

Es decir, el conejo funciona como excusa. Funciona como disfrute, pero la pintura funciona por sí misma. El cariño por lo que hago está en todo el proceso productivo, hasta que la pieza es. Así, la abandono en un lugar desconocido para mí (se expone). De este modo ya no requiere de su madre para que le proporcione los cuidados que necesita.

Anne Aramendia Martínez (1999, Pamplona) reside en Bilbao donde cursa el Máster de Pintura en la UPV/EHU. Seleccionada dos veces en los Encuentros de Arte Joven 2020-2021, ha expuesto en GazteBulegoa de Barakaldo (2020) y Fundación Vital de Gasteiz (2021).

Más información: actividades.culturales@unavarra.es

Organiza: Universidad Pública de Navarra

Colabora: Ayuntamiento de Pamplona

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