Salta al contenido principal

zoom De izda a derecha, Ruiz-Huerta, Laparra y Subirats

De izda a derecha, Ruiz-Huerta, Laparra y Subirats

Con un debate sobre la definición, implementación y financiación de los servicios sociales se retomó ayer el III ciclo Conversaciones-Solasaldiak, organizado por el Parlamento foral y la Universidad Pública de Navarra. Joan Subirats, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, abogó por que la sociedad recupere la capacidad de poder y control sobre las instituciones, y Jesús Ruiz-Huerta, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos, hizo hincapié en las dificultades para sostener un buen sistema de bienestar.

La sesión estuvo coordinada por Miguel Laparra, director de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Integración Social (CIPARAIIS) y coordinador del grupo de investigación ALTER en la UPNA. En su introducción, se refirió al “alcance del repliegue del sector público en la prestación de servicios y atenciones al ciudadano, algo patente en Navarra, donde únicamente se mantiene el nivel asistencial en el ámbito de las entidades locales”. Tras poner de relieve la magnitud del retroceso en un contexto de “incremento de las necesidades sociales”, Laparra cedió la palabra a Joan Subirats Humet, quien hizo un recorrido sucinto por las diversas etapas atravesadas en la “construcción-deconstrucción” del Estado de Bienestar.

A decir de Subirats, asistimos a la “crisis del modelo de delegación que, siguiendo la lógica europea, canalizó la reivindicación histórica de lo público forjada a partir de la recuperación de la democracia”. En su opinión, “las dificultades de financiación derivadas de la globalización económica ponen en cuestión la capacidad de los poderes públicos a la hora de mantener sus promesas y programas. El mercado proporciona facilidades para evadir y eludir responsabilidades fiscales y eso ahoga a las Administraciones, cuyos recursos merman considerablemente”, manifestó.

zoom Público asistente

Público asistente

En ese contexto, la tendencia imperante en la UE es “reforzar el papel de la sociedad como sustituta del Estado de Bienestar. Se le devuelven responsabilidades, evitando la redistribución de poderes. No se niegan los derechos, pero se supeditan a la disponibilidad de recursos, de modo que los derechos acaban convertidos en subvenciones graciables”.

Ahondando en su análisis, Subirats lamentó “cierta “ONGrizaciónde las políticas sociales. Se ocupan de proveer servicios, porque son más baratos, pero pierden su capacidad crítica porque los clientelizan. Se traspasan responsabilidades al sector no lucrativo, al tiempo que se les hace económicodependientes y se les convierte en correas de transmisión de los poderes públicos”.

A futuro, Subirats aboga por “repensar el pacto social; no en vano, si las dificultades de financiación no son coyunturales sino estructurales, tal y como yo creo, la sociedad deberá recuperar la capacidad de poder y control sobre las instituciones, lo cual conduce a compartir y no a homogeneizar”.

A tal efecto, el investigador catalán propone “entender lo público como la capacidad colectiva de enfrentarse a problemas comunes, y eso es algo que no acaba forzosamente en las instituciones. Supone un salto cualitativo, pues coproducir políticas públicas es más que proveer servicios e implica una recomposición de lo público”, concluyó.


Sin recursos a corto plazo


Jesús Ruiz-Huerta, por su parte, llamó a compensar la pérdida de recursos económicos con un “replanteamiento general del sistema, a partir de mejoras en la gestión y nuevas vías de financiación, todo en aras a articular un sector del que, en la práctica, han desaparecido y van a desaparecer muchas instituciones”.

Su impresión es que, “al menos a corto plazo, no va a haber más recursos. Si a eso añadimos que el peso de las políticas sociales en España es sensiblemente inferior al de la media Europea, la conclusión es obvia: por muy buenas intenciones que haya, no hay manera de sostener un buen sistema de bienestar”.

Es por eso que, a decir de Ruiz-Huerta, se atisba un “regreso al estadio anterior. Se detecta un desplazamiento del gasto en dependencia a las familias y, en particular, a las mujeres. El sector público ya no se hace cargo”.

Así las cosas, concluyó que la cuestión central pasa por “resolver si cerramos o no el sistema de bienestar. Se trata de una decisión gubernamental que, en el caso de España, aparece mediatizada también por su baja presión fiscal en relación con los países que soportan un estado de bienestar de calidad”.

El ciclo Conversaciones-Solasaldiak pretende ser un diálogo abierto entre investigadores y expertos, a fin de reflexionar junto al público sobre cuestiones de actualidad. En esta tercera edición, bajo el epígrafe genérico de redefinición del espacio público/privado, se analiza la idoneidad de las políticas encaminadas a hacer frente a los retos planteados por la crisis en los ámbitos de la salud, los servicios sociales, la educación y la cultura, cuestiones estas últimas que serán abordadas en próximas charlas.