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La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha organizado para esta semana un curso de verano sobre un determinado tipo de prácticas agroecológicas: recurrir a gallinas para mezclar y triturar restos orgánicos depositados en compostadores. El monográfico se celebrará en el Parque de los Sentidos de Noáin, con una duración de cinco horas en horario matinal, y se ha divido en dos jornadas en función de la lengua de impartición: en euskera, el miércoles 29 de junio; y en castellano, el jueves 30. La inscripción a este curso, de carácter teórico-práctico, está abierta a las personas interesadas y se realiza a través sitio web de la Universidad.

El curso, titulado “Prácticas agroecológicas: prevención de residuos con compostadores asistidos por gallinas / Praktika agroekologikoa: oilotegi-konpostagailua biohondakinen prebentziorako”, está organizado por la UPNA, la Universidad Vasca de Verano (Udako Euskal Unibertsitatea) y la Agenda 21 del Ayuntamiento de Noáin y cuenta con financiación del citado consistorio. La dirección del curso corre a cargo de Natxo Irigoien Iriarte, profesor del Departamento de Producción Agraria de la UPNA, y Joseba Sánchez Arizmendiarrieta, estudiante de doctorado en la UPNA y experto en compostaje, que serán los encargados de introducir a los asistentes en las posibilidades de integrar animales en la prevención de la fracción orgánica de residuos urbanos, mediante compostaje doméstico o comunitario a pequeña escala.

Reducir la generación de residuos

“La Unión Europea considera necesario fomentar la prevención de la generación de residuos orgánicos. Para ello, hay que evitar que los restos de alimentos que no consumimos se conviertan en residuos, algo que ocurre cuando los desechamos al entregárselos a un gestor de residuos, las mancomunidades de ayuntamientos, en los contenedores existentes para ello”, indica Natxo Irigoien.

Una opción es emplear estos restos de comida “para alimentar animales o para compostar en instalaciones gestionadas por los ciudadanos: compostaje doméstico o compostaje comunitario”. “Este compostaje requiere una cierta dedicación de mezclar, triturar y voltear los materiales que se incorporan a los compostadores. Las aves, caso de las gallinas, nos pueden ayudar en esa labor de mezclar, triturar y homogenizar esos materiales, debido a su intensa actividad de picoteo y zarpeo de los materiales que desarrollan intensamente de una forma natural —explica Natxo Irigoien—. Con ello, facilitamos y aceleramos el proceso de compostaje en un compostador, reduciendo así drásticamente las atenciones y la dedicación por parte de los usuarios para que el compostaje funciones correctamente”.

Esta práctica, a juicio de este experto, permite “acercar el mundo de los animales a ámbitos más urbanos con un gran potencial de ocio y entretenimiento”, posee “una vertiente pedagógica” e “incentiva la participación de los ciudadanos en el compostaje doméstico y comunitario”.

En el curso, se analizarán los resultados de los tres años de funcionamiento del Gallinero-Compostador instalado en el Parque de los Sentidos de Noáin.