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zoom Eduardo Arroyo, ayer en el Museo de Navarra

Eduardo Arroyo, ayer en el Museo de Navarra

El artista y escultor madrileño Eduardo Arroyo dictará hoy, miércoles 25 de enero, a las 19 horas la segunda de sus conferencias sobre su experiencia creadora en un ciclo organizado por la Cátedra Jorge Oteiza de la Universidad Pública de Navarra. Estas sesiones, que se celebran en el Museo de Navarra, se inscriben dentro del ciclo “Perspectivas transversales”, que busca explorar, a través de diferentes autores contemporáneos, las causas y los resultados por los que una misma personalidad creadora transita a través de prácticas o géneros diferentes.

La charla de hoy lleva por título “Las Letras”, tras la impartida ayer dedicada a “Las Artes”. La entrada a este ciclo denominado “Mano a mano” es gratuita hasta completar el aforo del Salón de Actos del Museo de Navarra.

Periodista que se marchó en 1958 a París para hacerse escritor, Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) ha terminado por acreditar esta vocación primera, pues, a la postre, ha publicado una decena de libros sobre los temas mas diversos, un sinfín de artículos, algunos manifiestos y una obra de teatro, “Bantam”, estrenada en el Residenztheater de Múnich bajo la dirección de Klaus Michael Grüber.

Esta vasta producción literaria tuvo, en todo caso, el mérito añadido de haberse producido mientras llevaba a cabo su primordial vocación, la de artista plástico, en la que fraguó una carrera internacional en la que no se limitó solo a ser pintor, sino dibujante, grabador, escultor y escenógrafo. Convertido, desde 1964, en uno de los miembros mas destacados de la Nouvelle Figuration, Arroyo ha expuesto su obra en París, Milán, Roma, Venecia, Madrid, Nueva York, Berlín, Múnich y otras muchas grandes ciudades de todo el mundo.

Arroyo fue un exiliado político del franquismo que no pudo regresar a España hasta bien adentrada la transición, lo que significó que su obra sólo pudo ser vista con normalidad en España a partir de 1980. En el transcurso de su dilatada trayectoria, ha recibido un buen número de distinciones, entres las que se puede destacar el Premio Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, en 1982, o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en el 2000. También fue nombrado en 1983 Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia.