Salta al contenido principal

zoom Alberto Pérez Calvo (izquierda) y Patricio Hernández, en la presentación del premio

Alberto Pérez Calvo (izquierda) y Patricio Hernández, en la presentación del premio

El jurado del Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos ha decidido conceder el galardón de 2011 a Brigadas Internacionales de Paz (Peace Brigades International, PBI) por su “encomiable labor” de acompañamiento y protección internacional de los defensores de derechos humanos, “allí donde se ven sometidos a ataques o serias amenazas y su situación resulta más crítica y vulnerable”. La candidatura de esta organización no gubernamental, con oficina central en Londres (Reino Unido) y sedes en 14 países, fue presentada por su delegación en Navarra y avalada por numerosas instituciones y personalidades defensoras de los derechos humanos, procedentes en su mayoría de Colombia, Guatemala y México. El premio está dotado con 36.000 euros.

El nombre del galardonado se ha dado a conocer hoy viernes, 9 de diciembre, víspera de la fecha en la que se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos. El anuncio se ha realizado en un acto en el que han estado presentes los catedráticos de la Universidad Pública de Navarra Alberto Pérez Calvo y Patricio Hernández Pérez, presidente y secretario del jurado, respectivamente.

El jurado del Premio Internacional Jaime Brunet 2011 ha querido destacar la labor de los voluntarios de Brigadas Internacionales de Paz que, tras un proceso de selección y formación, “actúan como observadores y acompañantes en zonas conflictivas para disuadir de las amenazas que sufren los defensores de derechos humanos, contribuyendo así no sólo a la protección de los derechos humanos, sino también al fortalecimiento de un tejido social mucho más abierto y plural”. Subraya el jurado que se trata de “una labor novedosa que se suma a las actuaciones clásicas de la diplomacia y de otros movimientos a favor de los derechos humanos, y que ha resultado sumamente eficaz, además de ser respetuosa con la legislación interna del país en el que actúan y no partidista en el plano político, social o religioso”.

Acompañamiento de hasta 24 horas

El jurado ha querido reconocer “el esfuerzo y entrega” que realizan los voluntarios de Brigadas Internacionales de Paz en proteger a personas y organizaciones amenazadas, “realizando para ello labores de acompañamiento de hasta 24 horas al día, además de campañas de interlocución a nivel nacional y regional con todos los interlocutores legales de cualquier clase de conflicto, ya sea de poblados indígenas amenazados, de dirigentes de organizaciones pro derechos humanos, abogados defensores o cualquier grupo social discriminado”.

El jurado también ha valorado “las encomiables actuaciones” de Brigadas Internacionales de Paz a favor de “los procesos de diálogo y negociación, la labor de difusión que internacionalmente realizan de toda información, contrastada y de primera mano, de la situación conflictiva en la que actúan, así como el fomento y constitución de cabildos abiertos para encontrar apoyos, políticos, sociales y de otras organizaciones no gubernamentales a sus propias causas”. Todas estas actuaciones se han mostrado, a juicio del jurado, “instrumentos de una gran efectividad persuasiva, además de instrumentos pacíficos, elogiables y en perfecta sintonía con sus objetivos, para apoyar sus programas de acompañamiento y protección de los defensores de derechos humanos, en cualquier parte del mundo”.

El jurado confía también en que el reconocimiento a Brigadas Internacionales de Paz “les permita avanzar y expandir sus objetivos y programas, además de estimular los esfuerzos de otras organizaciones no gubernamentales en su apuesta por conseguir una sociedad mucho más justa y plural, respetuosa siempre con los derechos fundamentales del ser humano”.

Una ONG especializada en acompañamiento

Brigadas Internacionales de Paz es una ONG fundada en 1981 que trabaja para la protección de los derechos humanos y la promoción de la resolución de conflictos a través de la no violencia. Está especializada en el acompañamiento y observación internacional como herramientas para disuadir de violaciones contra los derechos humanos.

Esta ONG, que posee el estatus de observador ante Naciones Unidas, envía observadores internacionales para ser testigos presenciales en regiones en crisis y conflicto. Los grupos de voluntarios protegen con su presencia a personas amenazadas de muerte o secuestro a causa de la violencia política. Con la presencia en el terreno de estos observadores-acompañantes, previamente seleccionados y capacitados, Brigadas Internacionales de Paz pretende disuadir contra los ataques y amenazas que sufren los defensores de los derechos humanos, aunque su fin último es contribuir al mantenimiento y fortalecimiento de un tejido social abierto y plural y a la protección de los derechos humanos.

Brigadas Internacionales de Paz trabaja siempre con el consentimiento explícito del gobierno del país en el que se encuentran y respetando la legislación interna de dicho Estado. Sólo interviene en nuevos países en caso de solicitud expresa por parte de las organizaciones locales. Actualmente, están presentes en Guatemala, Colombia, México y Nepal y, anteriormente, ha realizado labores de protección e intermediación en El Salvador, Sri Lanka, Canadá, Haití, Filipinas e Indonesia.

Los equipos de Brigadas Internacionales de Paz, que están compuestos de voluntarios que dedican como mínimo un año de su vida a este trabajo de acompañamiento internacional, permanecen sobre el terreno acompañando a las personas y organizaciones amenazadas, realizando visitas periódicas a zonas de conflicto, distribuyendo información sobre la evolución del conflicto y de la situación de derechos humanos del país y realizando labores de interlocución con las autoridades civiles y militares, así como con organismos estatales, ONG, Iglesias, cuerpo diplomático, organizaciones y agencias internacionales, regionales y de las Naciones Unidas para promover la cobertura internacional.

Brigadas Internacionales de Paz funciona, en su inmensa mayoría, con trabajo voluntario y actúa mediante una estructura horizontal y no jerárquica y con el consenso como herramienta de toma de decisiones. Sólo dispone de una mínima estructura necesaria para la coordinación y gestión. En España, por ejemplo, tiene una oficina de coordinación en Santander, con dos personas contratadas, y dispone de siete grupos en otras tantas comunidades autónomas, incluida Navarra.

En el caso de la Comunidad Foral de Navarra, el Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y otros consistorios, como el del Valle de Erro, apoyan financieramente el proyecto de Brigadas Internacionales de Paz consistente en el acompañamiento a defensores de derechos humanos en Colombia. Desde 1994 y hasta el momento, nueve navarros han formado parte como voluntarios de este proyecto en el citado país americano, realizando labores de acompañamiento y “lobby” político.

La Fundación y el Premio Jaime Brunet

La Fundación Jaime Brunet es una fundación cultural privada, de interés social y carácter permanente, cuyos fines son el fomento del respeto a la dignidad humana, a las libertades fundamentales y a los derechos humanos, así como la erradicación de situaciones y tratos inhumanos o degradantes. La Fundación promociona actividades dirigidas a tal objeto y estudios relacionados con el respeto a tales valores.

En concreto, y entre otras actividades, convoca el premio Jaime Brunet Romero con el fin de distinguir bien un trabajo científico; bien un trabajo literario o audiovisual; bien una trayectoria de una persona o institución que haya destacado en la promoción de los derechos humanos. En total, la fundación ha concedido desde 1998 doce Premios Internacionales Jaime Brunet. El último, a la periodista y bloguera cubana Yoani Sánchez.

Jaime Brunet Romero nació en Bayona (Francia) el 20 de julio de 1926 y falleció el 4 de enero de 1992 en San Sebastián (Guipúzcoa). Nacido en el seno de una familia de emprendedores catalanes que se había asentado en el siglo XVIII en Guipúzcoa (donde desarrollaron una importante actividad industrial), fue educado con un talante liberal y crítico con la época que le tocó vivir. Fue encaminado a la carrera de Derecho por su padre, Jaime Brunet Goitia, jefe local del partido republicano que llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, donde ya habían ocupado la alcaldía su abuelo y bisabuelo. Cursó sus estudios en la Universidad de Valladolid, en la que ejerció por un tiempo como profesor ayudante.

Su afición destacada por la lectura se acompañó por el interés de aprender idiomas, con los que pudo desenvolverse con facilidad en sus numerosos viajes, que le llevaron, a pesar de las dificultades de su tiempo, a recorrer más de treinta países. En estos viajes, según confesaba, captó y comprendió cuánta discriminación y violencia, cuánto abuso de los poderosos sobre los débiles existen aún en nuestro siglo, y con qué facilidad se conculcan diariamente los derechos más elementales de la persona humana.

En los últimos años de su vida, su sensibilidad por la situación de los derechos humanos y la defensa de la libertad del ciudadano (también ante los abusos de la Administración pública) se convirtieron en su constante preocupación. Al no tener descendencia directa, y movido por sus sentimientos que le rebelaban contra las actuaciones injustas, decidió legar su fortuna para crear a su fallecimiento la fundación que, con su nombre, se dedicara a divulgar los derechos humanos y a premiar a quienes, por su trabajo en defensa de ellos, se hicieran merecedores de este reconocimiento. De este modo, se creó la Fundación Jaime Brunet Romero, con residencia en la Universidad Pública de Navarra, según su voluntad testamentaria.